RECOMENDACIONES
Aapresid planteó las claves para planificar verdeos de invierno
En la experiencia de un referente del sudeste bonaerense, la elección anticipada de las especies, entre otras decisiones, será crucial para asegurar forraje en un año desafiante y con falta de semillas por la seca.
Llegó el otoño y los verdeos de invierno lo saben. La situación climática compleja y la oferta limitada de semillas forrajeras debido a la seca, imprimen un panorama que obliga ajustar y apurar la planificación 2023. Santiago Guazzelli, ingeniero agrónomo y socio Aapresid de Tandilia, planteó los puntos estratégicos para planificar verdeos y no cometer errores en un contexto en donde la disponibilidad de forraje y de reservas es crítico.
Recibí las noticias en tu email
La correcta elección del lote, teniendo en cuenta contenido de agua y fertilidad, es el puntapié inicial para un verdeo exitoso. O
tro factor determinante que se deberá tener muy en cuenta en esta campaña es la elección de los materiales a sembrar en función del ambiente, el esquema productivo y su disponibilidad de semillas en el mercado.
Los verdeos de invierno más elegidos en el sudeste de Buenos Aires son la avena, por su rusticidad y entrega anticipada de forraje, y el raigrás, por su mayor calidad y potencial productivo en ambientes templados. Estas especies se incluyen en verdeos puros, o mezclados como ocurre en muchos tambos de la región.
En lo que refiere a mezclas, el asesor apuesta a los beneficios de las consociaciones de gramíneas y leguminosas en sus sistemas integrados agrícola-ganaderos .
“La mezcla de avena con Vicia sativa, además de sus numerosos servicios ecosistémicos, nos permite obtener cantidad y calidad de forraje en invierno para sostener ganancias de hasta un kilo/día”. Utilizando un sistema de pastoreo moderado, esta combinación de gramíneas y leguminosas no solo produce más que cada especie pura sino que genera plantas mejor nutridas, más fuertes y sanas, comentó.
Fertilización nitrogenada
Ante la necesidad de adelantar pasto, una estrategia a la que recurre el tandilense es a la siembra escalonada en distintas fechas, buscando tener distintos momentos de aprovechamiento. Para ello, arriesgan algún lote con avena sembrada más temprano que el resto de los potreros. Si bien esto provocará que la gramínea encañe antes de lo esperado, permitirá tener disponibilidad anticipada de forraje y hacer una “entradita” a los animales mientras esperan el plato fuerte.
Guazzelli, quien no duda en fertilizar desde el arranque, sostiene que los verdeos tienen que estar siempre bien nutridos para maximizar su potencial.
La fertilización nitrogenada es indispensable para adelantar la producción, tener altos volúmenes de pasto por más tiempo y demorar las encañazones de materiales muy precoces.
Es un año para capitalizar todo lo aprendido y hacer el forraje lo más barato y eficiente posible. En esa misión, además de la planificación anticipada, una vez establecido el verdeo jugará un rol fundamental el seguimiento contínuo y un buen manejo del pastoreo para cuidar el recurso y tener los mejores resultados para el sistema.