Arrizabalaga señaló que “hay hambre en Tandil” y que buscan generar una alternativa para “crecer con igualdad”
El referente de Patria Grande en la ciudad habló sobre la realidad que se vive en los barrios. Resaltó que se "sintió fuertemente la crisis de 2018" y que hay muchos sectores que tienen serios problemas. Analizó la posible oferta electoral y destacó el trabajo que están haciendo junto a dirigentes para llegar a un acuerdo para que la sociedad tenga una alternativa diferente al macrismo.
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“Mirando Tandil, charlas de verano”, el ciclo de entrevista de análisis que excede a la coyuntura y que permite a los entrevistado tener otra perspectiva que escapa a lo cotidiano en la ciudad. Políticos, dirigentes sociales, empresarios y emprendedores, los protagonistas de los reportajes que pueden encontrar en forma audiovisual en www.eleco.com.ar o en www.youtube.com/elecodetandil . Hoy: Juan Arrizabalaga, referente de Patria Grande.
-¿Cómo fue el año que pasó?
-Fue un año díficil, quizás el lema que resume todo para los tandilenses es que la crisis también se vive en Tandil y desde ahí podemos analizar cómo estamos y para dónde vamos. Lo que se venía viendo en 2016 y 2017 explotó fuertemente en 2018 con el cierre de industrias masivo, con el cierre de comercios que ya no vuelven a abrir, con las tarifas que ya no se aguantan, con los alquileres imposibles, y eso empezó a sentirse también en Tandil y se ve en los barrios, en la mesa de la familia, me parece que para eso tenemos que pensar en la herramienta de la política, con que política salimos de ésta crisis.
-¿De qué manera se siente la crisis?
-Se siente en los barrios. En Tandil empieza a haber hambre. Hay necesidades sociales muy importantes que no se están saldando porque hay una pérdida del empleo, sea formal o informal y los costos de vida son muy alto, generando un desfasaje muy grande con relación a los ingresos de mucha gente. De los sectores populares, de la gente que vive en los barrios, de gente joven, también se empieza a ver en los jubilados, que están muy por debajo del costo de la canasta básica sus ingresos. Hoy más de 25 mil jubilados en Tandil , muchos de ellos tienen por debajo el ingreso. Eso es pobreza. La pobreza nunca fue cero sino que se incrementó notablemente. Se siente en los inquilinos que piden cada vez más ayuda porque no pueden pagar el alquiler. Se siente en los jóvenes que no tienen oferta de empleo. Las mujeres tampoco. Se siente en los comercios que se van cerrando. Este es el clima de la ciudad, que si bien tiene muchas potencialidades, esto también está sucediendo y es una alerta.
-¿Qué aportaron éstos casi 16 años de gestión de Miguel Lunghi al presente y futuro de la ciudad?
-El lunghismo tuvo su brillo en aquel momento cuando llega al gobierno municipal en 2003, donde había un proyecto económico nacional que generó un gran crecimiento de la economía y el lunghismo supo, con las potencialidades de la ciudad, tener una gestión para aprovechar esa coyuntura. Ese fue su brillo y hay que respetar que fue su acierto. Creo que la sociedad tandilense tiene el reflejo de valorar eso. Ahora me parece que se le está acabando el brillo al lunghismo y que no tiene una política para la situación actual. No hay una política para esta crisis. Están estancados y pensando en otras políticas que no tienen relación con lo cotidiano de la gente.
-Se habla de un nuevo mandato de Lunghi, ¿cómo ves esa posibilidad?
-Es muy respetable y tiene un importante apoyo en la ciudad. Creo que hay tres opciones para el Tandil que viene. La continuidad pero sin brillo, sin iniciativa, que tiene que ver con el lunghismo. Una alternativa por derecha que es más macrismo para Tandil, hay un sector que lo está planteando claramente con el pedido de internas en el radicalismo. Yo creo que más macrismo es muy malo para la ciudad. Más macrismo es esto, menos industria, menos comercio, menos trabajo, más pobreza. Y hay una tercera opción, que aún resta terminar de unirse y articular el proyecto, que es una nueva generación de dirigentes sociales, políticos, de compañeros y compañeras que venimos trabajando en la comunidad, pero que queremos aprovechando lo mejor que se hizo, trabajar por una ciudad en crecimiento pero con igualdad. En crecimiento pero que aborde los nuevos problemas. En esas demandas sociales está parado una nueva generación que quiere aportar desde la función pública.
-¿Es posible la unidad?
-Hay una serie de actores con quienes nos estamos juntando, estamos estrechando más las confianza que antes tenía veniamos trabajando por separado, puntualizando mucho más las coincidencias que las diferencias, porque la etapa lo amerita, porque queremos un frente que trabaje contra las políticas del macrismo que está destruyendo la Patria. Ahora los años electorales son difíciles porque hay que armar una arquitectura electoral para la unidad. Y sabemos que eso es más díficil. Pero vamos a trabajar para eso, un espacio que sea una de éstas tres alternativas que mencionaba y que la gente está en la búsqueda de algo nuevo y que exprese las demandas y los problemas de hoy.
-¿Qué potencialidades tienen la ciudad?
-Desde el 2002 en adelante, Tandil utilizó dos potencialidades muy marcadas. Una era que el producto que generaban las exportaciones del sector agrario, la parte productiva agropecuaria, se volcara al sector inmobiliario, lo que es la inversión en ladrillo. Por otra parte las potencialidades turísticas por la belleza de la ciudad. Ahora bien, no alcanza con eso. Ese fue el primer brillo de la gestión de Lunghi y de los sectores que ganaron con eso. Incluso ganaron siendo oposición ideológica al kirchnerismo. Lo que decía en esos años era ´pensamos distinto pero en este modelo la juntan con pala´. Esto no alcanza para los 140 mil habitantes que vivimos cotidianamente. Hay que tener industria, hay que tener barrios con una actividad productiva, hay que tener unidades productivas sociales, hay que ofrecer un futuro para la juventud y en esa línea está la discusión y me parece que hay sectores, incluso del empresariado, están diciendo esto. Tandil se está volviendo muy caro y tenemos que revertir eso. Tenemos que lograr que haya dinamismo económico pero que haya un costo de vida para nuestra comunidad que sea accesible.
-A la par se generó una nueva agenda: ¿qué temas aborda?
-Uno es la violencia de género, uno de los temas centrales que ha llegado al centro de la agenda pública. Concretamente el movimiento de mujeres ha puesto en el centro del debate el tema de la violencia de la mujer. Falta mucho trabajar en éste sentido. Los inquilinos, la vivienda, el acceso a los lotes sociales. Nosotros decimos que es el agujero negro de la gestión de Lunghi. Estamos conquistando algunas medidas pero falta muchísimo. Los jubilados, la economía popular, temas que deberían estar en agenda y son nuevas demandas sociales. No le pedimos al intendente lo que no puede resolver el Presidente, pero es lo que nos toca y es el lugar donde se puede tomar decisiones.
-¿Cómo debería ser la ciudad en el corto plazo?
-Hay que rediscutir cómo se planificó la ciudad en los últimos años porque se planificó para la valorización de los inmuebles, pero ahí no ganan todos, solo un sector. Cómo planificar Tandil, cómo acceder a la tierra, cómo bajar los costos para que todos accedan. Soy crítico de los que están a favor de seguir densificando Tandil, construyendo sobre las sierras y edificios. Ese es un modelo de ciudad equivocado, que no sólo lo sigue encareciendo sino que genera un modelo de urbanización erróneo y creo que hay que ir a otra política que genere suelo urbano con lotes sociales, con crédito barato y con vivienda pública. Son dos miradas que se tienen hace años en la ciudad y es una discusión pendiente que tenemos que resolver.