Infraccionaron a 60 personas que participaban de una fiesta clandestina y vecinos denunciaron otra reunión social que no fue desbaratada
Durante la madrugada de ayer se labraron 123 infracciones, dentro de las cuales se notificó a 60 jóvenes que estaban en una fiesta realizada en Piedrabuena al 2000. Frentistas de Brandsen y Vélez Sarfield denunciaron otra fiesta y cuestionaron que la policía no intervino, permitiendo que el evento se continuara desarrollando.
En lo que fue la madrugada del domingo se labró un total de 123 infracciones al artículo 205 del Código Penal, que tiene que ver con el incumplimiento de las medidas referentes al aislamiento preventivo y el particular 57 de ellas fueron en una fiesta clandestina que se estaba desarrollando en Piedrabuena al 2600 alrededor de las 4.30.
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En tanto, vecinos denunciaron otra fiesta clandestina, que se llevó a cabo en Brandsen, entre Estrada y Vélez Sarsfield, y cuestionaron el accionar policial, ya que optaron por no desbaratarla y permitir que se siguiera desarrollando.
Claudia, una de las vecinas del barrio Las Tunitas, que está situado a pocos metros de donde se desarrolló el evento social, contó que tomaron conocimiento de la fiesta ayer entre las 2 y las 3 por un familiar que pasó por el lugar, ya que tanto ella como su hija se encontraban en aislamiento. Inmediatamente, llamaron a la Policía, como así también lo hizo una compañera de colegio de su hija que también pasó por el lugar y percibió la existencia de una reunión social con una importante cantidad de gente.
“Me dijeron que habían mandado un móvil, que fue y le dijeron que no había nada siendo que cuando pasabas por la esquina se escuchaba la música y se sabía que había gente adentro. Es difícil ocultar algo así y supuestamente fue el móvil y no encontró nada”, cuestionó.
Y contó que “volví a llamar, me atendió una mujer, me dijo que si no tenía la dirección exacta no podían hacer nada entonces les especifiqué que se trataba de una casa blanca con rejas negras, yo no podía salir en ese momento porque estaba aislada por 48 horas, por eso no podía darles la dirección exacta pero se escuchaba la música desde afuera. Pasó mi hermano y lo vio y estuvo un patrullero en el lugar, sólo tenían que desarmar la fiesta, siendo que estamos en cuarentena y es totalmente ilegal”.
“Había mucha gente. Hubo una pelea incluso adentro, terminó como cualquier fiesta clandestina”, manifestó.
La frentista contó que reside en el barrio Las Tunitas y aseguró que “acá todos los fines de semana hay fiestas, música fuerte pero es tierra de nadie, y estamos acostumbrados a que nadie hace nada, nos molesta porque estamos todos cuidándonos hay gente que está por perder el trabajo, que está encerrada, gente que muere”.
“Mi hija cumplió 18, la otra 17 y no pueden ni siquiera reunir a la familia y la policía te toma el pelo diciendo que no pueden hacer nada. Llamé al 101, al 107, a Defensa Civil, todos me dijeron que los únicos que pueden ir y hacer algo en ese lugar es la policía y la policía me dijo que no, que ellos no podían hacer nada porque ellos golpeaban la puerta salía alguien y les decía que no había nada”, fustigó.
La actitud de la policía
Y consideró que “la policía no se puede meter dentro de la casa pero sí les puede pedir que salgan, como puede ser que vean que hay más de 10 personas en una fiesta y no hacen nada, es algo que está prohibido, se escuchaba música, gritos, se veía gente entrando y saliendo”.
“Estábamos aislados por 48 horas por un resultado de mi hija que gracias a Dios dio negativo, si hubiese podido salir le hubiera sacado una foto al frente de la casa y se la hubiera enviado a la comisaría. No es la primera vez que ocurre algo así, lo que más me molesta es la actitud de la policía porque ellos son los que nos tienen que cuidar, porque son más de 10 familias que si hay un solo contagio van a contagiar a mucha gente, no tienen conciencia y no tenemos nadie que nos cuide”, criticó.
Y por otro lado, expuso su enojo porque “fui a acompañar a mi hija a hacerse un hisopado al Hospital y el de seguridad me dijo que mantuviera distancia por el protocolo. Le expliqué que yo estaba con ella, pero evidentemente el protocolo es cuando a ellos les conviene. Además, había camilleros con dos policías hablando y saludándose con un abrazo”.
“Yo pensé que al menos iban a desarmar la fiesta que es lo peor que nos está pasando ahora, las famosas fiestas clandestinas”, concluyó.