Entre sexo, droga, mentiras y un abogado en el medio, el crimen de Bustamante cobra tintes escandalosos
Ayer por la madrugada fueron capturados los otros dos señalados por el crimen de Jorge Bustamante. Por la tarde, los trasladaron para la indagatoria y, en medio de una aparición llamativa del abogado Castaño, surgieron versiones tan contradictorias como escandalosas. Uno de los apresados pidió declarar mañana. El restante, negó los hechos y dijo no tener relación alguna con los otros implicados. Acusó al controvertido letrado de una venganza y dijo que era una devolución por una relación íntima frustrada.
Cuando todo hacía suponer que el ruido mediático y el sistema cloacal de las redes sociales comenzaba a aplacarse para darle respiro a una instrucción penal preparatoria que avanza en el esclarecimiento del homicidio de Jorge Bustamante, cuyo cuerpo fue hallado en el arroyo Langueyú el domingo, declaraciones contradictorias, intereses contrapuestos y la siempre controvertida intervención del abogado Claudio Castaño dieron rienda suelta a un caso judicial escabroso, con visos de escandaloso morbo y con pronóstico reservado en torno a la situación procesal de los hasta aquí tres involucrados, imputados de “homicidio en ocasión de robo”.
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Tal se adelantó en la edición pasada, con la detención y confesión de Nahuel Morales, se aguardaba por la aprehensión de los considerados coautores del crimen, capturas que finalmente se concretaron durante la madrugada de ayer.
Se trató de Angel Tami (20) y Emanuel Ramírez (19), quienes fueron apresados en sus respectivos domicilios, en Piccirilli 749 y Chacabuco 1042, respectivamente. Ambos jóvenes habían sido señalados por Morales como los responsables del homicidio.
Trasladados a la fiscalía
Una vez alojados en la Seccional Tercera, se aguardó por la diligencia procesal acerca de su traslado a la fiscalía para ser notificados del delito endilgado y prestarse a la declaración indagatoria. El procedimiento en cuestión dispararía, vivenciadas dentro y fuera de los despachos judiciales, escenas rayanas en el escándalo, a partir de la presencia nuevamente del abogado Castaño (representante de Morales), quien ahora –ayer- se iba a proponer oficialmente también como defensor del acusado Tami, lo que iba a despertar una controversia sobre los posibles “intereses contrapuestos”, dado que el letrado ya oficiaba como defensor de Morales que no hizo más que involucrar al otro par de –ahora- detenidos.
Pero no todo quedaría en dichos “detalles” burocráticos judiciales. Las explosivas declaraciones del otro apresado, Ramírez (cuya versión se condijo con lo que su hermana se encargó de difundir en parte por las redes sociales), generó conmoción e incomodidad en propios y extraños a la pesquisa, que confiaron no poder asegurar hasta dónde podrán llegar las esquirlas de los dichos contrapuestos y versiones de los protagonistas.
Tami declarará el jueves
Por lo pronto, respecto a Tami, tras escuchar la versión de Ramírez (ver aparte), fue ingresado a la oficina del fiscal Gustavo Morey, secundado por el abogado Castaño y su mascota (un caniche toy), y cuando se disponía a contar su versión, acusó una descompensación. Si bien dijo tener voluntad de declarar no se sentía bien, por lo que prefirió dejarlo para más adelante. El fiscal aceptó la situación y se pautó la entrevista para mañana.
Sobre el cuestionamiento acerca de si el mismo abogado podía defender a ambos imputados – Morales y Tami-, hasta tanto no saber cuál será la versión de este último no podrá constatarse si hay “intereses contrapuestos”, siendo que si coinciden en las versiones, no habría reparos en que sean representados por el mismo letrado. Diametralmente opuesta sería la situación de Ramírez.
Los dichos de Morales
Respecto a la versión de Nahuel Morales (19), el imputado que confesó al declarar por el crimen de Jorge Bustamante, surgieron detalles de sus dichos. Contó que un amigo suyo planeó el asalto a la víctima, dijo que los dos nuevos detenidos fueron quienes lo estrangularon y mataron a golpes en la cabeza con una rueda de auxilio y relató que antes de ser asesinado, el joven reconoció a sus homicidas e imploró por su vida.
Como había trascendido, Morales detalló que había tenido encuentros previos con Bustamante a través del “messenger” de Facebook y que el pacto era sexo a cambio de bolsitas con aproximadamente “cuatro gramos de cocaína”, cuyo valor estimó en unos 2.000 pesos.
El joven contó que hacía unos días se había peleado con su padre y por ello estaba viviendo en la casa de Tami, que es amigo suyo.
Según su relato, Tami fue testigo cuando la madrugada del 24 pasado chateaba con Bustamante para un nuevo encuentro.
Morales explicó que Tami le dijo “hacelo venir para asaltarlo y robarle la droga”, aunque el confeso imputado aclaró que él pactó el encuentro con Bustamante sólo “para poder consumir cocaína” y que nunca fue su intención asaltarlo.
Siempre según la confesión, Bustamante pasó a buscarlo en su auto, un Fiat Palio, por el barrio La Movediza, y desde allí fueron a un sitio descampado a tener relaciones, cuando de pronto aparecieron Tami y el tercer detenido Ramírez.
Morales afirmó que, para “hacer un poco de circo”, Ramírez le pegó una trompada y él se la devolvió, pero que luego sus dos cómplices bajaron del auto a Bustamante y le dieron una paliza.
El acusado aseguró que en ese momento Bustamante rogó por su vida, les dijo a Tami y Ramírez que los conocía y que si querían droga o dinero tenía en su casa “lo que quisieran”.
Morales añadió que subieron a Bustamante en el asiento trasero del vehículo, Ramírez ocupó el sitio de conductor, Tami viajó atrás con la víctima y él en el lugar del acompañante para seguir buscando droga y que de allí se retiraron.
El primer detenido recordó que, en ese trayecto, Bustamante, quien viajaba encapuchado con un buzo, llegó a morderle la mano o la muñeca derecha a Tami.
Explicó que tomaron la Ruta 30 en dirección a la Escuela Granja, que luego bajaron a la derecha en un camino de tierra por donde recorrieron unos 20 kilómetros hasta pasar el Haras General Lavalle, donde antes de llegar a las vías detuvieron el vehículo.
Siempre según la confesión de Morales, allí bajaron del auto a Bustamante, quien seguía rogando por su vida y les preguntaba si lo iban a apuñalar, y lo obligaron a arrodillarse.
Detalló que Tami primero noqueó de una trompada a Bustamante y que luego, tanto su amigo como Ramírez, “le doblaron el cuello hacia atrás”.
Luego, dijo que llevaron a Bustamante al medio de la calle y allí Ramírez sacó del baúl la rueda de auxilio del Palio y se la tiró por la cabeza a la víctima.
“Eso lo hizo cuatro o cinco veces, le pegaba con la llanta”, dijo Morales.
Luego relató que metieron a Bustamante en el baúl, que en ese momento Ramírez le robó unas zapatillas Adidas y que ya de regreso a Tandil, el mismo imputado descartó el celular iPhone de la víctima en un campo porque no podía desbloquearlo.
Por último, Morales dijo que a él lo dejaron en Tandil, que luego Tami llegó a la casa para llevarse la moto y que al día siguiente éste le contó que habían descartado el cadáver en un arroyo que se conoce como “el canalcito” y más tarde el auto, al que habían prendido fuego.
Ramírez dijo que es “un vuelto” de Castaño
Una ramificación inesperada surgiría ayer, entonces, cuando Ramírez se dijo dispuesto a contar su versión, asesorado en este caso por el defensor oficial en turno, Leonel Calles.
El acusado negó tajantemente haber participado del hecho y descartó relación y conocimiento alguno con los otros dos apresados. Es más, dio una coartada que, al decir de los investigadores, no resultó para nada descabellada, por lo que por estas horas se debía trabajar arduamente en pos de evacuar muchos de los datos que el señalado detalló a lo largo de su relato.
Por caso, dijo que ese día y a esas horas, él se encontraba con su novia en su casa y un amigo estaba al tanto de esta circunstancia también. En medio de su declaración, desde fiscalía se ordenó convocar a los dos citados por el declarante de forma espontánea, sin que supieran a qué iban a la sede judicial.
Una vez allí indagados, efectivamente la novia tuvo una versión coincidente, y lo propio hizo el amigo unos minutos más tarde. Y allí, se emprendería la otra parte del relato que instaló que su involucramiento en la causa se debía a una venganza del abogado Castaño.
Grave acusación
La hipótesis de Ramírez sobre por qué estaba en esta delicada situación procesal se debía a un inconveniente de relativa data con Castaño.
A más precisiones, confió intimidades de su relación de sexo y droga con Castaño desde tiempo atrás y que terminó de mala manera, violentamente, desde donde el letrado lo amenazó con que se la “iba a cobrar”.
Ramírez efectivamente detalló que Castaño lo contactó por Facebook y concertaron una cita, en la que el abogado le prometía dinero y droga a cambio de sexo.
El detenido aceptó el convite y mantuvieron un encuentro en un hotel alojamiento, aunque al decir del declarante, Castaño no había cumplido con su parte de darle dinero.
A los meses (aproximadamente un par de sábados pasados), Castaño volvió a contactarlo por la red social, prometiéndole lo de ayer, a lo que Ramírez aceptó, esta vez en el domicilio particular.
Una vez allí –todo al decir de deponente- la situación se desbordó cuando el abogado quería algo más de índole íntimo a lo que Ramírez se negó y terminó golpeándolo, no sin antes hurtarse un reloj y una netbook a modo del dinero que le había prometido. Según la versión, allí fue que Castaño, golpeado, le dijo que no iba a ser ninguna denuncia pero amenazó con vengarse: “Esta te la voy a cobrar”.
Como dato que tendrá que tener en cuenta la fiscalía frente a semejante coartada: el detenido incorporó capturas de pantalla donde se constata la relación descrita.