EL ECO PODCAST
Un equipo del Inta avanza en el desarrollo de una papa que optimiza el uso del agua
Un nuevo podcast de El Eco de Tandil está dedicado a conocer el trabajo de un equipo de investigación del INTA Balcarce que utiliza nuevas técnicas de mejoramiento para el cultivo de papa.
La papa es uno de los cultivos que más agua consume y que depende en mayor medida de ella, por lo que desde el Inta se trabaja en su mejoramiento génico.
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El tema fue abordado en un nuevo podcast de El Eco Campo a través del diálogo con Sergio Feingold, coordinador del programa de Biotecnología del INTA y especialista en edición génica.
“Lo que estamos haciendo en el laboratorio de Biotecnología de la Experimental de Balcarce del Inta es utilizar una tecnología que se llama edición génica y nos abre la posibilidad de hacer mejoras en los cultivos de manera muy dirigida y muy precisa” planteó inicialmente el profesional.
Añadió que “en el caso puntual de la papa, lo que hacemos es hacer un uso de la inteligencia natural de las plantas. En la época de Inteligencia Artificial nosotros tratamos de centrarnos de inteligencia natural, sobre todo porque durante muchos años se ha dicho que dejan de crecer cuando se quedan sin agua, cosa que es mentira”, sentenció.
Explicó que “las plantas no pueden trasladarse, como los animales que si no tienen agua se van a otro lugar para encontrarla. Entonces lo que hace la planta es tener todo un sistema sensorial que va testeando cuando se está quedando sin agua”.
Feingold dijo que “mucho tiempo antes que se quede sin agua empieza a reaccionar para evitar morirse, básicamente. Lo que nosotros hicimos fue primero identificar que la papa que más se cultiva en el sudeste de la provincia de Buenos Aires (que es la spunta -conocida como papa blanca o papa negra y que se usa mucho para consumo fresco) cuando se queda con la mitad de agua (cuando la cantidad de agua en el suelo llega al 50 por ciento) dice ´hasta que llegué´ y para de crecer, para de perder agua. Eso lo hace a través de unos poros que tienen las hojas, llamados estomas”.
La planta “para de transpirar, de perder agua. Pero, por esos estomas (esos agujeritos o válvulas) no solamente se va el vapor de agua, sino que también entra el dióxido de carbono, que es lo que usa la planta para hacer fotosíntesis. Entonces no gastan más agua y lo que hace es perder de crecer”.
Las modificaciones
Con ese cuadro, “lo que hicimos específicamente fue borrarle esa señal. O sea, anular un gen, inactivar un gen que interviene y es un componente que activa esa señal. Con lo cual esta línea mejorada, cuando tiene 50 por ciento sigue creciendo y sigue consumiendo: a 40, 30 ó 20 por ciento, cuando en condiciones normales sería casi un suicidio para las plantas”.
Sergio Feingold indicó que de tal manera se brinda “una herramienta adicional para que hagan un uso más inteligente del agua disponible, como decimos”.
El investigador indicó que ello “significaría que no solamente no se sacrificaría el rendimiento, sino que posiblemente se aumenta. Nosotros lo medimos de acuerdo a la cantidad de agua en el suelo, pero hay varios factores que hacen que estos estomas se cierren, como días muy calurosos, por ejemplo. Pero después se recupera”.
Algo similar pasa cuando se usa sistemas de riego tipo pivot y tardan varios días en dar toda una vuelta al lote para volver a regar a la misma planta. “Creemos -no lo sabemos, pero creemos- que en el tiempo que tarda en dar toda la vuelta, puede ser que esa planta deje de crecer un poquito. Lo que comprobamos en ensayos de invernáculo (controlados) es que las plantas a las que agregamos el gen rinden un poquito más que la línea no editada, la línea no mejorada. Y en condiciones en las que le restringimos la cantidad de agua, crecen mucho mejor”, aclaró.
El estado del estudio
Sergio Feingold dijo que los primeros resultados fueron obtenidos en condiciones controladas, “en plantas en cámara y en maceta, pero gracias a que la regulatoria Argentina no considera que esas plantas sean diferentes de las obtenidas por mejoramiento convencional, este año vamos a ir a los ensayos de campo”.
Añadió que “vamos a diseñar un ensayo, en el cual vamos a poner a las dos -la spunta y la spunta mejorada- en distintas, condiciones: bien regada y no tan bien regada. Queremos ver si esos resultados los podemos reproducir en el campo”.
Primeras repercusiones
La semana pasada el estudio fue presentado a los productores en una jornada de actualización en biotecnología de papas realizada en la Estación Experimental de Balcarce.
“Tuvimos muchísima asistencia de productores, asociaciones de productores, empresas e industria de la papa, y profesionales, es decir casi todos los actores de la cadena” indicó Sergio Feingold.
Añadió que “les contamos no solamente este desarrollo, sino otros que realizamos utilizando la misma tecnología y tienen que ver con el mejoramiento de la calidad para industria. La verdad es que hay mucha expectativa y todos quieren lo mismo que nosotros: ver las plantas en el campo”.
El profesional mencionó especialmente al equipo que lleva adelante el proyecto. “Esto fue una iniciativa de una investigadora del Inta de Balcarce, la doctora Cecilia Oneto, quien trabaja dentro del equipo nuestro laboratorio de biotecnología. Hoy estamos llevando adelante la línea junto con Florencia Rey y Gabriela Alejandra Massa, pero el equipo obviamente es mucho más más grande y hay otras líneas. Somos diez personas en los laboratorios”.
El mensaje a los productores
Sergio Feingold planteó como mensaje a los productores que “creemos que tenemos una herramienta que nos permite hacer mejores variedades de papas. Obviamente esto no son sustitutos de lo que es el mejoramiento convencional, pero si nos permite tomar una variedad buena y hacerla un poquito mejor. Es una tecnología que creemos que va a contar con la aceptación tanto del productor como del consumidor porque no está considerada transgénica”.
Aclaró que “no es que nosotros creamos que la transgénesis seas male, pero lamentablemente en algunos lugares tiene alguna resistencia”.
“El mensaje es que estamos frente a desafíos muy importantes. Sabemos que el clima está cambiando fuertemente. El año pasado tuvimos una sequía muy intensa y ahora estamos experimentando unos fríos extremos y quién sabe que nos espera para los próximos meses”, afirmó.
Añadió que “tenemos que contar y utilizar todas las herramientas posibles para -en principio- mantener la producción, porque es el ingreso del productor y también el crecimiento del país, y asegurar la alimentación puertas adentro de la población”.
La investigación pública
En otro momento del diálogo se destacó el rol del Estado como impulsor de la investigación y el avance en los cultivos.
“Nosotros apoyamos fuertemente la investigación pública, básicamente lo que estamos llevando adelante no muchos laboratorios en el mundo lo están haciendo. De hecho, estamos coordinando un proyecto de colaboración con varios países latinoamericanos, especialmente con Uruguay, Chile, Paraguay, Brasil, Perú, Colombia y Ecuador, en los que estamos difundiendo estas capacidades en edición génica. Pero también estamos generando estas capacitaciones. Por ejemplo, hoy estaba una investigadora que viene de Cambridge a ver cómo hacemos nosotros las cosas”.
Sergio Feingold señaló que “queremos que todo esto la industria lo use y queremos también que exista un montón de capacidades de investigación privada, pero en general los primeros pasos siempre se dan dentro del ámbito público. Pudimos hacer esto porque estamos insertos en una institución como el Inta, que tiene múltiples capacidades”.
Es que “toda la parte de evaluación y ensayos que tenían que ver con la sequía y como testeábamos las plantas lo pudimos hacer gracias a la colaboración del grupo de Agrometeorología del Inta de Balcarce, donde está trabajando Laura Echarte. Así como en este caso miramos la parte fisiológica con respecto al agua, si necesitamos mirar otro aspecto siempre encontramos en el Inta especialistas que nos aportan”.
Finalmente destacó la importancia de “aprovechar las capacidades instaladas y obviamente creemos que este es un rol que el Estado puede cumplir muy bien. Como se dijo alguna vez, si tenemos un Inta que no investiga es una institución muy cara, pero si tenemos un Inta que investiga es una institución muy muy barata”.