RICARDO JOSÉ ZUBIGARAY&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2023/06/ricardo_jose_zubigaray.jpg" alt="RICARDO JOSÉ ZUBIGARAY"></figure> Falleció el 20 de mayo de 2023 en Gardey, a los 74 años.Nació y vivió en el campo, a 10 km de su amado pueblo Gardey. Realizó sus estudios primarios en su casa, con una maestra interna, y trabajó toda su vida con su hermano Abel, logrando obtener todo aquello que de niños soñaban, jugando con campos armados con ramitas.Desde joven se preocupó por las oportunidades de las comunidades rurales. Presidió por años al Club Ferroviarios de Gardey, al cual consideraba su hogar, y por quien todos los domingos de visitantes, iba casa por casa, buscando a los chicos, para que pudieran hacer un deporte y así aprender los valores que enseña formar parte de un gran equipo.Se casó con su compañera de toda la vida, Graciela, con quien tuvo cuatro hijas, Paula, Maria, Manuela y Aixa. Y una amada nieta Ana.Desde entonces su preocupación fue las oportunidades de Educación. Y junto a su amigo “Paco” y otros grandes colaboradores formaron parte por años de la cooperadora escolar, logrando entre otras cosas el edificio que hoy alberga la Educación Técnica Secundaria.También formó parte hasta su partida de la Cooperativa Vial, convencido que sin acceso y movilidad no hay producción, igualdad en la educación y acceso a la salud.Del mismo modo fue miembro de la comisión de Cretal, a sabiendas que la luz e internet son motores centrales del progreso y la permanencia de los jóvenes en el campo.Una persona honesta, que bregaba por la igualdad de oportunidades, el valor de involucrarse, participar y hacer.&nbsp;&nbsp; MARÍA AGUSTINA VIGOT, VDA. DE ESPONDA&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2023/06/maria_agustina_vigot.jpeg" alt="MARÍA AGUSTINA VIGOT"></figure> &nbsp;Falleció el 18 de mayo de 2023 en Tandil, a los 84 años.Había nacido el 2 de marzo de 1939 en la localidad de Pila, donde transcurrió su infancia y parte de su juventud.En 1960, con 21 años, se radicó en Tandil junto a su entonces novio, Héctor Aníbal Esponda -también oriundo de Pila-, con quien poco después se casó y se convirtió en madre de seis hijos.Por motivos laborales de su esposo, vivió por dos años en la estancia La Lucía, en Fulton, y&nbsp; luego -siguiendo también el compromiso laboral de su marido- vivió por 21 años en el establecimiento rural de San Emilio, en La Pastora.&nbsp;En 1983 se radicó en la avenida Bolívar, en el barrio El Cerrito, y allí vivió hasta su fallecimiento.&nbsp;Siempre fue ama de casa: se dedicó de lleno a las tareas del hogar y al cuidado de su familia. También al cuidado de gatos, mascotas que fueron su pasión. Tuvo muchos, y los alimentó y cuidó con esmero.&nbsp;Lo mismo hacía con las plantas: le gustaba regarlas, cambiarles la tierra y trasplantarlas cuando ya resultaba necesario.&nbsp;Gran tejedora, confeccionaba ella misma sus propios sacos y pullovers.Desde hace seis años aproximadamente, había fortalecido las visitas familiares y salidas a comer a la casa de su hija.&nbsp;Sus hijos, sus 16 nietos y 8 bisnietos la extrañan y recuerdan con amor. CELICA ISABEL NIEVA, VDA DE TORRES TABOADA<figure class="image"><img src="" alt=""></figure><figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2023/06/celica_isabel_nieva.jpeg" alt="CELICA ISABEL NIEVA"></figure> Nació en Rauch el 18 de diciembre de 1929 y falleció en Tandil el pasado 20 de mayo, a los 93 años.Era la hija&nbsp; mayor de Francisco Nieva y María Florencia Herran.Cursó sus estudios primarios y secundarios en la Escuela Normal Superior “Gral. José de San Martín”. Estudió Ciencias Biológicas en la Universidad Nacional de La Plata.Al correr de los años, decidió volver a Tandil para cuidar de sus padres y hermanas.En una fiesta de carnaval del Club Independiente conoció a Miguel, con quien se casó.Lo amó, lo respetó y lo cuidó hasta que su enfermedad no lo permitió más. Fruto de ese matrimonio nacieron sus tres hijos: Miguel, Guillermo y María de las Mercedes. Posteriormente se convirtió en abuela de sus cuatro nietos Augusto, Felicitas, Juan Ignacio y Maria Florencia, a los que siempre cuidó y les dedicó mucho cariño.Celica fue una ama de casa, siempre respetuosa, observadora, atenta con el otro, protectora de su familia, alegre, de buen humor que les enseñó a crecer como persona, a disfrutar de las pequeñas cosas, a dar lo mejor para los seres queridos y estar para ellos siempre que lo necesitaran.Sus seres queridos la van &nbsp;a recordar eternamente con gran amor, con su sentido del humor tan característico, con sus cánticos, con sus anécdotas, con su escucha atenta, con su predisposición y con el cariño que siempre les brindó. “Es la vida”. Adiós “eca”, “Cely”, mamá, tía y abuela. JACINTO SEBASTIÁN MARIANO GERE&nbsp;&nbsp;<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2023/06/sebastian_gere.jpeg" alt="SEBASTIÁN GERE"></figure><figure class="image"><img src="" alt=""></figure>“No hay palabras”. Fue una de las expresiones que más escucharon en el entorno familiar en las últimas semanas, acompañando la dura enfermedad que atravesó Sebastián y su pronta y repentina partida. La tristeza empaña el corazón y lo enmudece un rato. Pero poco a poco aparecen los recuerdos, se hacen historias y &nbsp;permiten abrazar con la memoria.&nbsp;Y en esa memoria, en esas historias y en esos recuerdos sobran las palabras. Palabras que, en la vida de el compañero de camino, Jacinto Sebastián Mariano Gere (renegando de su primer nombre siempre se hizo llamar Sebastián, Sebita o Sebi), se hicieron hechos, acontecimientos y sucesos transformadores. “Creemos que se pueden resumir en tres palabras que lo definen casi completamente: familia, atletismo y trabajo”, lo recordaron.&nbsp;Fue el mayor de cuatro hermanos, nació el 19 de mayo de 1980 en el seno de una familia humilde donde supo descubrir el valor del trabajo. Vivió la mayor parte de su vida en Villa Italia, barrio en el que con mucho esfuerzo y sacrificio (y sus propias manos), pudo construir la casa que hoy habita su familia. Como hermano, fue siempre muy compañero. En más de una ocasión, durante la infancia, asumió la responsabilidad de alguna travesura para evitar algún castigo a sus hermanos. Como hijo, presencia atenta y oportuna: desde muy joven, en apoyo a su padre en el trabajo, en el lavadero de autos. Durante los últimos años, en la visita de los viernes a su madre para asegurarse de que todo estuviera bien, para charlar un rato y acompañarla en lo que hiciera falta. Para sus sobrinos, tío alegre y divertido y siempre disponible para jugar.&nbsp;&nbsp;En el 2002 se conocieron con Noemí y empezaron a soñar con un proyecto de familia, que poco a poco fue creciendo en anhelos y esperanzas: en el 2005 con el nacimiento de Alma y en el 2013 con el de Clara. En el núcleo familiar se destacó siempre por su acompañamiento y compromiso constante en cada circunstancia de las etapas vitales. Ese compromiso lo llevó, por ejemplo, a quedarse toda la noche en la reciente fiesta del UPD de su hija y de sus compañeros, velando por la seguridad de todos. Los festejos y celebraciones familiares con él siempre fueron una fiesta de espuma (literal) y diversión (por momentos más parecido a una batalla): acontecimiento sorpresivo, pero siempre muy esperado.&nbsp;Hay que mencionar su fanatismo por Boca que quedó impregnado en el corazón de sus hijas. Este hecho gestó, a través de los años, una “cómplice rivalidad” con su madre y su hermana (claramente hinchas del equipo contrario, no mencionado en esta reseña en señal de respeto).&nbsp;“Vamos a extrañar mucho sus asados y las comidas en el horno de barro y al disco de arado a los que nos habíamos acostumbrado”, reseñaron sus familiares.&nbsp;En el 2010 se encontró con una pasión que iba a dejar huellas en muchos: el atletismo. Fue en la quinta La Florida, de la mano de Silvio. Fueron apareciendo metas y objetivos superadores. Y amigos y compañeros de carrera. Y sueños. Bajar el tiempo, recorridos más largos. Poco a poco los fue alcanzando, y aparecieron otros, porque parece que así es ese mundo del atletismo.&nbsp;Estas últimas semanas contaba que se proponía poder al menos caminar la Tandilia. Les tocará a sus herederos caminarla por él y abrazarse a ese sueño de sus últimos días.&nbsp;Desde el 2003 trabajó en Loimar, lugar en el que pudo aprender, capacitarse y crecer profesionalmente. Su compromiso con ese puesto de trabajo lo llevó a ser delegado sindical y desde ese lugar, junto a otros compañeros, lograr mejoras sustanciales en las condiciones de trabajo. En el 2019 aparecieron conflictos con la empresa que pretendía despedir a algunos empleados. Entonces encabezó una lucha para garantizar el trabajo de todos, aún cuando su puesto de trabajo no estaba en riesgo. Fue una lucha larga y sostenida en el tiempo, ensombrecida también por la pandemia. El desenlace no fue el esperado, varios compañeros fueron finalmente despedidos, incluido Sebastián.Los valores que fueron descubriendo él y algunos de sus compañeros en ese proceso de lucha dieron origen a un nuevo proyecto: la Cooperativa el Núcleo. Sebastián se empezó a empapar en las bases del cooperativismo y vislumbró horizontes superadores en ese modo de emprender que lo llevaron a capacitarse y formarse para desarrollar con compromiso el rol de presidente de la cooperativa. Junto a sus compañeros tendió puentes con diferentes organismos, generó proyectos, solicitó subsidios. Y la pequeña semilla fundacional fue dando frutos y creciendo hasta llegar a ser lo que hoy es. A fines del año pasado completó las materias que le faltaban para terminar el secundario, y se había anotado para una carrera terciaria “Tecnicatura en Administración Pública”, con el propósito de tener más elementos para una gestión eficiente de la cooperativa.&nbsp;“Su vida fue y será para nosotros testimonio. Testimonio de lucha y de superación. En una cultura por momentos individualista (sálvese quien pueda) nos enseñó que el bien común nos hace bien a todos. Y nos enseñó de la vocación `por el trabajo dignificante´. En medio de la lucha y de los conflictos, desarrolló esa vocación pacíficamente, en diálogo permanente y con mucho respeto. Fue y será para nosotros, entonces, promotor de la paz que se gesta en la lucha por el trabajo y en el compromiso con la unidad. Su liderazgo no fue de protagonismo individual sino colectivo. Liderazgo para luchar por la justicia que ensancha la mesa de todos y todas y del que nos participó a todos”.&nbsp;En la reseña, quisieron destacar su optimismo y buen humor constante. Su sonrisa pícara y cómplice. Sus bromas siempre presentes. Su predisposición al diálogo y su solidaridad. Su compromiso con todos. Su corazón emprendedor, su vitalidad y su entusiasmo.&nbsp;“Ahora sí, te lo decimos directamente a vos, procurando poder abrazarte con estas palabras ¡Te vamos a extrañar Sebi!”Familia, amigos y amigas y&nbsp; compañeros y compañeras de camino.&nbsp;