"Si los costos se relacionaran más con el ingreso promedio, por ahí veríamos más turistas", evaluó Cerone

La temporada de verano 2023 arrancó muy tranquila en la ciudad. Luego de un diciembre muy “planchado” en materia de visitantes, la primera semana de enero no evidenció grandes movimientos. El sector espera que, después del 12, se reactiven los motores y se incremente la cantidad de público para sostener la actividad.

En tal sentido, el empresario turístico Luis Cerone, en diálogo con El Eco Multimedios, refirió que el verano está “muy tranquilo”. Las postales urbanas así lo demuestran y el paisaje local está conformado prácticamente por vecinos, y no por un aluvión turístico contundente. 

En tal sentido, explicó que “la gente que pasó para la costa no se quedó en Tandil y los que se quedaron vacacionando eligen las cabañas, pero no hay un movimiento importante. Lo que sí hay es gente de Tandil que recibe familia y salen a pasear o a hacer algunas actividades”. 

De este modo, podría plantearse que los elevados costos y la inflación juegan en contra del turismo. Frente a un panorama sin demasiadas certezas económicas y con salarios que corren detrás de los precios, Cerone consideró que el esparcimiento está último en la lista de prioridades de la gente, que en principio se preocupa por cubrir otros gastos de primera necesidad y no en salir de vacaciones, algo prescindible en la escala de supervivencia. 

“No vino gente. Punto. Si querés encontrar cosas, podés hacer catarsis en 10 cosas distintas; estar fuera de la casa cuesta dinero. Si los costos estuvieran más relacionados con el ingreso promedio de la gente, por ahí de repente veríamos más turistas”, ponderó. 

Vicisitudes de la temporada 

La cantidad de plazas oficiales disponibles -cerca de 10 mil- dista mucho de las de Mar del Plata, Bariloche o Capital Federal, lo que significa que la rotación de visitantes jamás podrá equipararse a la de los mencionados puntos. Así, los arcos de oferta y demanda son ostensiblemente menores en Tandil, pero no lo son los valores. En cambio, el turismo rural maneja otros horizontes y navega sobre aguas más auspiciosas, bajo otros parámetros y características. 

Sin espejos de agua para ofrecer, la ciudad no suele ser tenida en cuenta a la hora de elegir un destino para huir del calor, específicamente. En este caso, los alojamientos con pileta pican en punta, pero son también los más caros. A contramano de la tendencia habitual, de visitantes que pasan unos días en Tandil a la ida o vuelta de las vacaciones en algún distrito balneario, hasta ahora no se han registrado huéspedes o público en esa línea. 

Al respecto, Cerone observó que “la playa está con bastante gente, pero los hoteles de Mar del Plata y Pinamar, por ejemplo, no han superado el 80 por ciento de reservas para este primer fin de semana de enero. La situación económica afecta a todos los destinos en mayor o menor medida, la gente regula sus gastos”. 

No obstante, también reparó en las dificultades económicas para mantener los negocios a flote, sobre todo a la hora de abonar salarios y cumplir con ciertas cargas. “No preocuparse sería ilógico. El bono de fin de año que puso el Gobierno nacional, dejando de lado si es correcto o no, y que los sueldos no alcanzan nadie lo discute, pero si no lo tenías ahorrado, era imposible pagarlo”, describió el prestador, quien desde hace años regentea el complejo turístico El Centinela.

Por último, con la perspectiva de que en la segunda quincena el arribo de visitantes evidencie un aumento, Cerone destacó que hasta el fin de semana largo de Carnaval habrá movimiento, inclinación que vuelve a amesetarse hacia Semana Santa, la fecha clave del calendario que hace explotar la demanda cada año.