Profesores de gimnasios expresaron su “decepción” por el toque de queda y aseguran que van “a la muerte”
Explicaron que las restricciones horarias los perjudican enormemente porque los horarios fuertes en los que la gente concurre para hacer ejercicio es cuando salen de trabajar. “Es muy frustrante”, expresó Ramiro Cepeda.
Profesores de gimnasios expusieron una mezcla de enojo y preocupación por la situación que atraviesan con los horarios restrictivos que impone el toque de queda, los cuales los perjudican en un momento ya demasiado crítico considerando los vaivenes que hubo durante todo el año con el aislamiento social.
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El profesor de educación física Ramiro Cepeda explicó que “estamos trabajando al 25 por ciento con suerte, con esta reducción horaria que es incoherente”.
En ese sentido, manifestó que el horario los perjudica enormemente porque la gente generalmente trabaja todo el día y sale alrededor de las cinco, que es el horario en el cual deben cerrar a raíz de las nuevas normativas dispuestas por el Municipio con el toque de queda y el Estadio Rojo.
Frente a ese panorama, se preguntó “de qué vivimos nosotros, cómo resolvernos esta situación problemática. La gente sale de trabajar y ni siquiera llega a hacer los mandados con este horario”.
“Los gimnasios trabajamos muy temprano a la mañana, al mediodía, o tardecita noche, son los horarios que están contrapuestos a la jornada laboral de la gente, y cuando la gente deja de trabajar va al gimnasio. Ese es nuestro fuerte”, sostuvo.
En ese contexto, lamentó que “hoy vamos a la muerte literalmente”.
“Después 18, 19 era nuestro horario fuerte, siempre funciono así y a las 7 y 8 de la mañana, y hoy podemos trabajar de 9 a 17, el horario que la gente está trabajando, así que estamos mirándonos las caras”, expuso.
Y agregó que “alguno que otro se puede amoldar a nuestra situación pero por un tema de afinidad, que nos bancan, sino ya ni conviene abrir, estamos solamente solventando gastos”.
“Estamos decepcionados”
“Todos mis colegas y yo estamos decepcionados con esta medida, yo banqué la Intendencia siempre a morir, a Lunghi pero si hoy tuviera que votar, voto en contra, todos estamos muy dolidos”, expresó.
Y sostuvo que “la verdad que nunca fuimos escuchados, jamás. Es muy frustrante y la gente te dice ‘pensá en positivo’ pero la verdad que ya no se puede. Es ser hijo de un sistema que es nefasto”.
“Entiendo la situación sanitaria, pero no queda otra que trabajar y convivir con el virus, no podemos estar tapando el sol con las manos”, afirmó.
En tanto, planteó que “aún si quisiéramos meter 50 personas en un turno no sería posible, porque la gente tiene que ir a trabajar. Tiene otras prioridades la gente con esta reducción horaria, y no tenemos más recursos horarios. Yo tuve que cerrar en su momento, el Club Unión me dio una mano y puede trabajar con ellos como sociedad, pero yo fui una víctima de los primeros que tuvo que cerrar en avenida Avellaneda”.
“Cerré y volví a abrir, varios colegas más también han cerrado porque no les queda otra y hoy porque ya no conviene abrir, es preferible hacer clases virtuales pero hasta ahí nomás porque la gente con estos días hermosos para salir a andar en bici, correr o lo que fuese se van a hacer aire libre”, señaló.
Inconstitucional
Por otra parte, manifestó que hay que considerar que “los meses más bajos para nosotros son diciembre, enero y febrero, ahora nuestra crisis viene peor a partir de diciembre con las fiestas. La pandemia nos agarró en marzo que era cuando recién estábamos empezando a trabajar, estuvimos los meses fuertes cerrados y ahora que queremos flotar de vuelta nos vuelven a pegar al tobillo”.
“Los profes están desahuciados, pidiendo préstamos, plata prestada a familiares, muchos han cerrado o están bancando el trapo pero la verdad que yo ya estoy extenuado. Además, hay bronca e ira en la sociedad, porque uno e entera de fiestas de Halloween que se hicieron y se pregunta si nadie controla eso”, afirmó.
En tanto, expresó que “proyectos de años, ilusiones de años me las están tirando por la borda”.
“Ya ni la policía quiere parar a la gente, el toque de queda es inconstitucional. Yo tuve Covid y la verdad no me pasó nada gracias a Dios y a mi familia tampoco, se tiene que cuidar la gente mayor y de riesgo y el resto teníamos que trabajar desde el momento cero del 15 de marzo. Le estamos haciendo casos a países que están siendo un fracaso como España”, concluyó.