“Nos duele que la gente diga que no se controla”, manifestó un enfermero de un puesto sanitario rutero
Se suman más testimonios a la polémica que se generó ante el masivo ingreso de personas a la ciudad. “Si Tandil no tuvo grandes casos es porque venimos haciendo las cosas bien”, dijo José Guillermo. Además, observó que muchos tandilenses “se relajaron” con las medidas preventivas y alertó que las tareas las realizan “por el bien de todos los tandilenses”.
Luego de las versiones sobre el movimiento en los ingresos a la ciudad durante el último fin de semana largo que circularon en las redes sociales, se sumaron más voces de los voluntarios de los distintos servicios públicos que desde marzo cumplen funciones en los puestos de control sanitario.
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Las reacciones responden a las acusaciones y quejas en torno a la tarea de inspección que llevan adelante en el marco de la Fase 5 de distanciamiento social preventivo y obligatorio.
En diálogo con el ciclo radial “Buenas y santas”, que se emite de lunes a viernes de 15 a 18 por la 104.1 Tandil FM, el licenciado en Enfermería, José Guillermo, confesó que “lo que más me dolió es que los ciudadanos de Tandil, no todos, digan que no se controla”, agregó que cumplen funciones “por el bien de todos los tandilenses” e incluso soportando situaciones que “muchas veces son desagradables”, por caso, “nos insultan, nos escupen en la cara” y hasta “nos han tirado el auto encima”, describió.
Negó que hayan ingresado turistas, al menos “en la parte en la que estoy”, pese a las excusas “más absurdas” que recibieron de potenciales visitantes algunos de los cuales argumentan que lo hacen por los beneficios de la fase en la que se encuentra la ciudad.
En declaraciones radiales, se mostró sorprendido al observar que “la gente de Tandil se relajó mucho. Salí con mis hijos y vi personas sin barbijo, junta, y pensé que estoy controlando en la ruta que no ingrese nada y lo peor es que le están perdiendo el miedo y no hay que hacerlo porque es un enemigo silencioso”.
“Somos un equipo grande y que Tandil no se olvide que los que estamos ahí lo hacemos por la vocación y para cuidarnos entre todos”, ratificó.
En el puesto sanitario
Desde el inicio del operativo de control en los accesos, a mediados de marzo, cumplió tareas en distintitos puestos sanitarios. Primero, estuvo en el que se ubicó en el cruce Scarminacci, en las rutas 30 y 74. Luego, fue trasladado hacia el que se emplaza en la Ruta Nacional 226 y la Provincial 74, en La Vascnonia, y actualmente asiste a la rotonda de la 30 y 226, camino a Azul.
En su caso, cuando se lanzó la convocatoria a voluntarios por el Hospital Municipal “Ramón Santamarina”, “me ofrecí y me asignaron el destino”, junto con una serie de medidas e información relacionada al Covid-19.
En medio de las versiones que recobraron especial fuerza durante el último fin de semana largo por las redes sociales, Guillermo reconoció su molestia por las acusaciones que en el último tiempo comenzaron a incrementarse respecto a la falta de compromiso para realizar el abordaje correspondiente ante cada persona que circula con intenciones de ingresar o egresar de la ciudad.
“No solamente tomamos la temperatura. Lo que hacemos es un examen verbal clínico porque una persona puede no presentar fiebre pero si tener anosmia, disgeusia, dolor en la base pulmonar, de cabeza, rigidez de nuca, que también son síntomas”, ratificó.
En su descargo, definió a todo el personal que confluye en estos lugares como una “gran familia”, en relación al personal de tránsito, de policía y sanitario, “porque estamos desde el primer día”, y defendió que, “si Tandil no tuvo grandes casos es porque venimos haciendo las cosas bien” en cuanto a los pedidos de documentación y control sanitario.
“A veces no damos abasto”, aseguró y graficó que “en seis horas he atendido 350 vehículos”, a la vez que se mostró sorprendido por la actitud que adoptaron algunos vecinos de la ciudad por los “insultos y falta de respeto”.
Frente a estas desagradables escenas, “interviene la policía porque la gente se desubica y no entiende que es por el bien de todos, inclusive nuestro, y para que Tandil esté protegido”.
-¿Por qué cree que suceden estas situaciones y reacciones?
-Hay personas que pasan por el control todos los días y tienen un nivel de amabilidad espectacular. Nos subimos a los micros que trasportan al personal que va a la Base Aérea, les tomamos la temperatura, también a los camioneros. El tema es cuando viene gente que está apurada, que se queja por el pedido de documentación o que dicen que van a la casa de un amigo, a un cumpleaños o a una reunión. Y la policía a veces revisa vehículos que vienen de ciudades que no están afectadas porque ha pasado que llevan gente escondida, o que cortan los alambres para acceder por los caminos vecinales. El miércoles me tocaron dos personas que vinieron de Córdoba, dos militares, se les hizo la declaración jurada, se les preguntó a dónde iban, y con un móvil policial se los escoltó hasta su domicilio y tienen que cumplir la cuarentena.
-¿Cuál es el procedimiento en cada caso?
-Tránsito se encarga de pedir la documentación, permisos, de dónde vienen y hacia dónde van. Pero a veces, como hay tanta aglomeración de vehículos, y por eso digo que somos una gran familia, nos ayudamos entre todos. Incluso, también interviene la policía para agilizar el trámite. Hacemos las cosas tranquilamente pero bien para que la fila pueda avanzar. Aquel que quiere ingresar, pasa a la banquina, se le hace toda la certificación y se completa una declaración jurada. Si no va a ingresar, se le pide que vuelva. A los comisionistas les estamos pidiendo que dejen las encomiendas para que no ingresen directamente, salvo los correos que van hasta el depósito y lo hacen escoltados.