Más de 150 personas de grupos de riesgo prioritarios recibieron la vacuna en la Técnica 2
Las personas mayores de 70 años comenzaron a recibir la primera dosis de la vacuna rusa. El centro de vacunación montado en el establecimiento educativo funcionó sin problemas. El circuito permanecerá allí hasta el 27 de febrero y después se mudará por el inicio de las clases presenciales. Se agotaron las 300 dosis destinadas al vacunatorio municipal, dirigidas a personal de salud únicamente.
Ayer se dio inicio a la vacunación para los adultos mayores de 70 años y trabajadores de la educación. En las instalaciones de la Escuela Técnica 2, cerca de 180 personas –entre las que también había personal sanitario- recibieron la primera dosis de la Sputnik V.
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Por otro lado, en el vacunatorio del Hospital de Niños, orientado únicamente a vacunar a agentes sanitarios, se agotaron las 300 dosis provistas y quedaron a la espera de un nuevo stock. Por su parte, la escuela y el Punto IOMA recibieron cada uno 600 ampollas de Sputnik V, el doble que el vacunatorio, por eso pudieron seguir adelante con la tarea.
Por lo tanto, el diagrama actual también se desarrolló en la delegación de Suteba Tandil, donde se emplazó el Punto IOMA para docentes y fuerzas de seguridad.
La inminente mudanza
Con un esquema ajustado que funcionó a la perfección, el establecimiento recibió a los diferentes grupos poblacionales que constituyen la prioridad de inmunización. En conversación con El Eco de Tandil, la titular de la Región Sanitaria 8, Martina Iparraguirre, expresó su satisfacción por el correcto devenir del operativo y la estructura particular del circuito de vacunación montado de forma extrahospitalaria.
No obstante, el centro de inmunización estará en la escuela hasta el 27 de febrero -por el inicio del ciclo lectivo presencial- y después se trasladará a otro espacio de similares rasgos para continuar con el proceso. Al respecto, la médica compartió que se firmó un acuerdo marco entre Salud y Educación en el que las escuelas se entregaban en comodato hasta el 28 de febrero. De ahí en más, el circuito debe mudarse a otro sitio.
“Hay un montón de lugares que estamos analizando. La Cámara Empresaria, por ejemplo. La respuesta de la comunidad es conmovedora, nos han llamado de centro de jubilados, la Unicen esta siempre a disposición, seguramente usemos el Salón de los Espejos del Centro Cultural Universitario y la Universidad Barrial. Está todo dado para que nos podamos mudar a buenos lugares, porque por las características que tiene, esto no se puede hacer en cualquier lado “, fundamentó.
Mantener el ritmo
La vacunación seguirá de lunes a sábado hasta agotar las dosis disponibles, pero Iparraguirre estimó que la próxima semana podría llegar un nuevo stock. “La idea es mantener el ritmo e ir cubriendo la población objetivo”, enfatizó.
El orden de prioridad para acceder a la vacuna, establecido por las autoridades, es el siguiente: personal de salud, trabajadores de la educación y fuerzas de seguridad, mayores de 70 años, mayores de 60 y menores de esas edad con factores de riesgo. En última instancia, podrá inmunizarse la población general. Pero la estrategia de inocular a las franjas demográficas prioritarias debería disminuir el riesgo y la mortalidad del virus, incluso cuando quede una gran porción de la ciudadanía sin vacunar.
Asimismo, la funcionaria del Ministerio de Salud sostuvo que es fundamental el efecto “bola de nieve” o el famoso “boca en boca” para vencer los miedos y prejuicios en torno al procedimiento. De esta manera, se espera que las buenas experiencias de unos puedan servir como estímulo para que más personas se animen a vacunarse y poder lograr el cometido.
Un diagrama aceitado
Pensado para evitar cuellos de botella y aglomeraciones, y optimizar el tiempo y el trabajo, el circuito propone un ingreso por turno y la consiguiente admisión administrativa. Previamente, en la puerta de entrada, integrantes de la Cruz Roja proporcionan alcohol en gel y miden la temperatura. También se controla la existencia del turno, para no dejar pasar a quienes no tengan turno e impedir que ingresen individuos de manera innecesaria.
En la admisión se constatan los datos del paciente, el horario asignado y se realizan preguntas claves para darle el paso al área de espera, sector puede albergar hasta 25 personas y la idea es que haya una alta rotación, con tiempos estimados de 10 minutos. Y aunque hasta ayer el sistema no admitía a mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, ni a pacientes inmunosuprimidos o con enfermedades autoinmunes, ahora sí es posible vacunarse aún bajo estas condiciones y se deja a la voluntad de la persona.
Seguidamente, a la sala de vacunación pueden pasar de a cinco personas. En este caso el espacio se instaló en el laboratorio, donde se fijaron cinco postas de vacunadores listos para aplicar el inyectable. Las dosis se almacenan en dos freezer que oscilan entre los 18 y los 30 grados bajo cero, y además se cuenta con un grupos electrógeno suministrado por la Usina de Tandil (hay uno en cada centro de vacunación) para garantizar la conservación de las sustancias.
Posteriormente, los eventuales pacientes tienen la salida habilitada a través del patio para acceder al sector de espera. De este modo, todo el diagrama fue diseñado para que no se mezclen ambas poblaciones: quienes ya recibieron la dosis y quienes aguardan por su aplicación. En total, puede haber hasta 50 personas esperando; 25 en admisión y 25 en reposo.
Tras recibir la vacuna, se deberá esperar al menos 30 minutos a no tener ninguna reacción adversa. En tanto, son controlados y asistidos por el personal correspondiente en lo que haga falta. Finalmente, se otorga el certificado y se garantiza la salida por la puerta principal, sin que se cruce con el resto de las personas que aguardan para entrar. Cuando llegue el momento, se les avisará por teléfono o mail cuándo les corresponde acudir a recibir la segunda dosis.
“No quiero ir a terapia por esto”
Durante la mañana, el movimiento fue muy tranquilo y ordenado, y el esquema se desarrolló con gran rapidez. Hombres y mujeres de todas las edades llegaron hasta el lugar, obviamente por pertenecer a las áreas laborales contempladas, pero lo más importante fue que comenzaron a llegar por primera vez adultos mayores.
Eduardo tiene 79 años y llegó media hora antes de su turno, expectante por poder vacunarse. En diálogo con este medio, contó que sufre de diabetes, hipertensión y que también tiene un stent, por eso cuando supo que podía acceder a la vacuna ni lo dudó y su hijo lo anotó en el sistema. Dos días antes recibió un llamado para confirmarle el turno y ayer a las 10.30 se presentó en la escuela.
“No quiero sufrir más ni que me pase nada. No quiero ir a terapia intensiva por el coronavirus. Esta es la única solución”, manifestó.