Los controles, en primera persona
Tras las críticas y comentarios que se multiplicaron en las redes sociales, una enfermera que lleva 85 días en el puesto de control de La Vasconia salió al cruce de los comentarios y renegó de “los opinólogos”.
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María Belén Vuelo contó que el viernes por la noche se encontraba cumpliendo funciones en La Vasconia, “ante ese caos” y explicó que “ante los reclamos de la gente por las demoras, fue debido a que estábamos pidiendo documentación uno por uno y tomando temperatura. Eran todos de la ciudad de Tandil. Entre ellos, transportistas, veterinarios, trabajadores, gente de campo, etc…”.
Además, afirmó que también pasó “otro gran número de personas que vienen de la zona (Vela, Azucena, Barker, Fulton, Ayacucho, etc.), ya que al tener los caminos aledaños cerrados, se nos genera una boca de embudo en este punto”.
La enfermera expuso que “entiendo el malestar de la gente ante las demoras, pero también me gustaría que entiendan que no estamos de gusto, estamos cumpliendo con nuestro deber, tanto los inspectores de tránsito (dos por turno), sanidad (dos por turno) y el acompañamiento de policía (dos por turno)”.
En ese sentido, lamentó que “si pedimos documentación, se quejan. Si no pedimos documentación, se quejan”.
Y sostuvo que “es indignante recibir maltratos de la gente, ya que los que están en falta son los mismos tandilenses. Exceptuando a quienes están trabajando, el resto pone excusas como ‘voy a una cena’, ‘vuelvo de la casa de un amigo’, ‘fui a comprar’… Se pide responsabilidad social y son los primeros que nos mienten, no circulan con permisos, ni documentación debida, lo cual nos demora a todos”.
Por el contrario, agregó que “también hay que rescatar la amabilidad y apoyo de otros tantos, que pasan a diario, nos conocen ya que nos ven día a día y respetan”.
La enfermera sostuvo que “sinceramente, entiendo que quienes terminan de trabajar quieren llegar a casa temprano, y nosotros queremos que lleguen tranquilos y cuidados”.
Por último, lamentó que “para quejarse están todos al pie de cañón, pero para colaborar pocos veo… La verdad me indigna. Es lamentable, que la propia sociedad te ensucie… Los he visto haciendo colas de dos horas por un atado de puchos… ¡y en plena pandemia!”.