Tras la sentencia
La madre de Jorge Bustamante aseguró que a pesar de la condena de los homicidas no encuentra paz
“Para mí esto no significa haber ganado nada, todo lo contrario, yo perdí a mi hijo, y de qué manera”, expresó Claudia Villalba. Aseguró que fue muy doloroso escuchar las pericias y revivir todo lo que le hicieron a su hijo. “Fueron unos monstruos”, manifestó.
Con lágrimas en sus ojos y sin poder contener tanto dolor, la madre de Jorge Bustamante Claudia Villalba expresó en diálogo con el programa de El Eco Multimedios Eco Noticias que a pesar de que los homicidas hayan recibido la pena máxima, no encuentra paz por el salvaje asesinato de su hijo.
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Villalba contó que tras darse a conocer el fallo del tribunal, que fue el viernes, estuvo “muy mal” y que “el domingo no me levanté en todo el día, porque no tengo fuerzas, día a día es terrible y después de haber movido esto peor. Escuchar las pericias me hizo muy mal, es como tenerlo más presente, si bien todos los días pienso todo lo que le hicieron para mí pasó ayer”.
Aseguró que luego de conocer la sentencia, que otorgó la pena máxima a los responsables del homicidio, tiene una “sensación muy extraña” porque “para mí esto no significa haber ganado nada, todo lo contrario, perdí a mi hijo y de qué manera”.
Asimismo, admitió tener una sensación “de mucha lástima por los otros chicos, y lo digo de corazón, porque pienso que podrían ser mis hijos, no es un triunfo para mí que le hayan dado 10, 15, 35 o 40 años”.
“No me da nada de paz, todos me decían que iba a encontrar paz pero yo al menos no tengo paz”, confió.
Si bien aseguró que siempre estuvo “en contra de las cárceles, de las cosas injustas, también sé lo que cometieron con Jorge, fueron unos monstruos”.
“Pero más allá de todo, que yo no lo tenga a Jor, siento mucha pena, no me alegra. En su momento los insulté y hasta por momentos me desconozco a mí misma, porque uno los ve con caras de ángel pero se ve que no lo eran. Es una sensación extraña”, afirmó.
Por otro lado, contó que va todos los días al Cementerio. “Cuando salgo del trabajo voy a verlo, estoy evitando ir todos los días pero no puedo por ahora. Voy todos los días al cementerio, es mi única paz, y sé que eso me está enfermando. Ya encontraré la manera de no ir todos los días pero por ahora no puedo”, afirmó.
“Igual no lo hago con un sacrificio, todos me preguntas a qué voy pero lo necesito”, expresó.
Un chico muy dulce
“Jorge era un chico muy dulce. Siempre entraba a casa y me besaba, a veces yo estaba trabajando y él me esperaba con el auto en frente. Yo le decía: ‘Jor andá a casa que ya salgo’ y me respondía ‘no mamá así no caminás’. Una cuadra solamente tenía que caminar, pero Jorge él era así”, afirmó.
Y agregó que “era muy cariñoso con todos, era tío, era abuelo, con su abuela era muy cariñoso, para todos estaba, era hermano, amigo, era un chico muy bueno y para él eran todos buenos”.
“Eso lo hizo ser confiado, yo siempre les enseñé a los chicos que tienen que ser desconfiados, y él me decía ‘vos porque te separaste la vida te golpeó, y vos sos desconfiada’. Decía que la vida me había golpeado, y por eso yo era así. El me decía ‘mamita no todos son malos, y hay que creer, yo no tengo maldad’”, recordó.
Deseó que “Dios los ayude a esos chicos y ojalá me pueda reunir con Jorge, eso es lo único que pido, porque para mí yo no gané nada, al contrario”.
Proyectos truncados
Respecto al accionar de la Justicia, aseguró que “no puedo decir nada de los jueces o del fiscal Morey, ni del doctor D´ Alessandro ni del doctor Ballent, conmigo se portaron muy bien, pero no siento alegría”.
“Truncaron todos los proyectos de Jorgito que todo lo que quería era trabajar, estudiar. Era un chico que desde que iba a jardín siempre ahorró, yo le daba para el colectivo y un día se compraba un dulce y otro día no, todas esas monedas él las ahorraba. Siempre quería estudiar, es más ese año él se iba a ir a estudiar a Mar del Plata, para ser guardavidas, porque en España ganaban muy bien, entonces iba a estudiar porque en unos meses se iba a ir allá porque una amiga de él le había dicho”, sostuvo.
Y rememoró que “Jorge era un chico que siempre iba para adelante, no sé por qué cayó en esta gente. Creo que ésta no es la verdad. La verdad la sabe Jor y su teléfono, no dejaron el teléfono porque tenía mucha información. Y no apareció”.
“Si yo hubiera estado del otro lado, como mamá que soy yo, si supiera que mi hijo mato a alguien yo hablo. Me da la sensación de que esta familia Morales es mentirosa, el papá dice que lo entregó al hijo pero sabía desde el día uno junto al otro hermano qué habían hecho con Jorge, y esperaron casi una semana para decir donde estaba. Pero queda en la conciencia de ellos”, afirmó.
Por otro lado, contó que “he tenido acompañamiento psicológico, ahora no, porque ellos se basan mucho en la medicación y la verdad que no quiero medicarme”.
“Cuando voy a verlo a Jor, voy con alegría porque pienso que él está ahí. Yo sé que a él no le gustaría que este así pero no puedo estar de otra forma”, finalizó.
La sentencia
El viernes por mesa de entrada y vía virtual, el juez Guillermo Arecha con la coincidencia de sus pares Carlos Alberto Pocorena y Virginia Florencia Giombini, dictaron la prisión perpetua para los acusados Sergio Nahuel Tami y Ángel Tami, sindicados como los responsables de uno de los crímenes más cruentos que recuerde la historia policial serrana, que bajo el criterio de los jueces quedó tipificado en el delito de “Homicidio calificado para procurar la impunidad y robo, en concurso real”, hecho cometido el 24 de octubre de 2018.
El Tribunal acompañó la existencia de alevosía en el homicidio, para lo que se tuvo en cuenta que Bustamante al momento de ser estrangulado con el cinturón a modo de aseguramiento del propósito de matar, se encontraba con vida, inconsciente.
Al respecto, el fallo reseñó que en su declaración Tami refirió que al momento de ser introducido en el baúl del vehículo, Morales manifestó que estaba desmayado y que, al bajarlo en el puente respiraba haciendo ruido, circunstancia también confirmada por el perito médico que afirmó que las heridas sufridas por la ahorcadura eran vitales. Ese aprovechamiento del estado de indefensión en que se encontraba la víctima y el medio idóneo utilizado para causar la muerte y sin riesgos, deja expuesto un plus de mayor culpabilidad, aun cuando no fue materia de indagación.