La apertura de los gimnasios genera un problema económico para algunos profesores
El Intendente firmó el decreto y desde el lunes pasado los gimnasios fueron habilitados para volver a funcionar, siguiendo ciertos protocolos. No obstante, algunos profesores optaron por no abrir porque les genera un problema económico. Uno de ellos es Ramiro Cepeda, quien en diálogo con este medio contó su situación y explicó los motivos por los que eligió continuar brindando clases virtuales.
Luego de que el intendente Miguel Lunghi firmara este lunes el decreto para que finalmente los gimnasios pudieran abrir sus puertas siguiendo ciertos protocolos, algunos profesores y titulares de centros de entrenamiento remarcaron que no era rentable hacerlo.
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Tal es el caso de Ramiro Cepeda, profesor de educación física, guía de ciclismo y director de Spinning Tandil, quien a través de su perfil personal de Facebook elevó un comunicado en el que resaltó que “te exigen tantas cosas que los únicos perjudicados seguimos siendo nosotros y ahora también los alumnos”.
Entre las normas y reglas que deben respetar según el protocolo, se destaca la de un profesor cada nueve alumnos, una restricción horaria y el uso obligatorio de tapabocas.
En ese sentido, Cepeda clamó: “Explíquenme cómo se puede dar clases de fitness con tapaboca cuando subías los pulsos a más de 170 y no podés ni respirar”.
Remarcó, por otra parte, que indudablemente la apertura de los gimnasios repercutirá en las cuotas: “Si yo tengo 20 bicicletas, pero puedo usar sólo nueve y en un horario reducido, tengo que aumentar la cuota para que sea redituable. Debería subir al doble”.
Pidió disculpas a sus amigos, alumnos y clientes, a la vez que les explicó que continuará brindando las clases virtuales para que ninguno de ellos se quede sin hacer ejercicio.
“Una locura, sin sentido común y con muchas incongruencias. El mensaje es sólo para concientizar a los alumnos”, concluyó.
Horarios diferentes a los del comercio
En el marco de la denominada Fase 5 del distanciamiento social y obligatorio, se habilitó a los gimnasios, natatorios, salones de danzas, yoga y pilates para que puedan funcionar de lunes a sábados, de 8 a 20.
Sin embargo, contó Cepeda en diálogo con El Eco de Tandil que en realidad ellos suelen manejarse “a contra mano” de las franjas horarias de la actividad comercial: “Cuando el comercio abre, nosotros no trabajamos; cuando cierran, nosotros abrimos. Por ejemplo, muy temprano a la mañana, al mediodía y a la tarde/noche”.
En esos horarios, al salir los trabajadores de sus respectivos empleos –o antes de ingresar- suelen aprovechar para realizar actividad física, de modo que en los gimnasios “tratamos de llenar el espacio para que sea redituable”.
Para lograr ello, mencionó Cepeda que había conseguido un lugar más grande, a fin de que todos sus alumnos pudieran continuar yendo sin dejar de respetar la medida de distanciamiento social. “Pero resulta que ahora hubo más rigurosidad y se exige un profesor cada nueve alumnos dentro de un espacio físico. Eso quiere decir que por más que tengas al Estadio Monumental cerrado, sólo podés meter a nueve en ese horario. Con lo cual es imposible”, indicó.
En cuanto a la utilización del barbijo, mencionó que además de ser profesor de educación física es instructor de fitness grupal y que en esas clases los pulsos siempre son más elevados que en pilates o yoga, por ejemplo, por lo que no sería la mejor alternativa emplear el tapabocas: “Son muchas cosas que exigen tanto al alumno como al profesor”.
“No estoy en contra del protocolo”
Subrayó Cepeda que no se opone al protocolo y a los lineamientos del Sistema Integrado de Salud Pública, pero que deberían tenerse ciertas consideraciones.
“Yo no estoy en contra del protocolo. Está bárbaro lo de mantener el distanciamiento, se debe hacer. Pero el uso de tapaboca creo que tiene que ser dependiendo de la clase. Si yo garantizo el distanciamiento, es innecesario”, manifestó haciendo foco en spinning y agregó que, al estar la bicicleta fija, los alumnos no se movilizan por el salón como sí ocurre en otras disciplinas como danza, por ejemplo.
Mencionó que había conseguido un lugar más grande para poder garantizar la distancia entre una persona y otra, pero que “esto fue un baldazo de agua fría”. En lo que respecta a la limpieza y desinfección de los elementos, aseveró que ya trabajaban en eso desde 2014: “Acá todos los alumnos que entran a spinning de Iwimo Gym saben que no pueden irse sin limpiar la bici”.
Explicó que la misma situación rige para el entrenamiento funcional y reconoció que esperaban poder dar clases, en hora pico, para cuarenta personas. Por tal motivo, reveló que “nos desilusionó totalmente”.
Clases virtuales
Si bien las clases virtuales no son la mejor alternativa para realizar actividad física, lo cierto es que fueron -y aún son- una buena opción para sortear la medida de confinamiento obligatorio.
La gran mayoría de los gimnasios ha optado por ofrecer a través de plataformas de videoconferencia, como Zoom o Meet, sus clases para que nadie se quedara sin la posibilidad de hacer ejercicio.
El propio Cepeda manifestó estar utilizando los canales virtuales y confirmó que continuará por esa vía pese a que “es muy engorroso porque no tenés el ida y vuelta con el alumno y no podés hacer correcciones y demás. Es como hacer un stand up virtual”.