Infectóloga de Tandil se refirió al regreso del sarampión y recomendó mantener al día el calendario de vacunación

Tras el alerta emitido por el Ministerio de Salud de la Nación frente a la aparición de por lo menos cuatro casos de sarampión en el país, la infectóloga de Tandil Florencia Bruggesser instó a la población a mantener al día su calendario de vacunación, recordó que la primera dosis se debe aplicar al año de vida del niño y la segunda en el ingreso escolar y remarcó: “el sarampión es una enfermedad grave”.

“Gracias a la vacuna, en Argentina no tenemos más casos desde el año 2000 y en la región se eliminó en el año 2016”, contó la jefa del área de Infectología del Hospital Municipal “Ramón Santamarina” a El Eco Multimedios.

Y señaló que “cuando hubo brotes de esta enfermedad -en Argentina y en todo el mundo- hubo muchísimas internaciones en pacientes pediátricos, muchas complicaciones y mucha mortalidad”. 

“El sarampión es una enfermedad grave”, sostuvo Bruggesser e insistió en que “la medida preventiva más importante es la vacunación”.

Vale recordar que el 1ro. de febrero pasado la cartera nacional que conduce Mario Lugones difundió un comunicado ante la confirmación de un caso de sarampión importado en una niña que se encuentra en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

“Se emite el presente alerta con el objetivo de informar sobre la situación epidemiológica e instar a los equipos de salud a fortalecer la vigilancia de enfermedad febril exantemática (EFE), verificar y completar esquemas de vacunación y sensibilizar a la población sobre la importancia de la consulta temprana ante la aparición de fiebre y exantema”, se sostenía en el escrito.

La intectóloga local amplió que se trata de “una niña rusa de seis años que vino con su familia, que había hecho escala en Vietnam y en algunos otros países”. 

A los pocos días de llegar –continuó Bruggesser- la menor “empezó con sintomatología típica” y muy poco tiempo después se confirmó que tanto ella como su hermanita tenían sarampión.

La aparición de dos casos más –ambos en el mismo barrio en el que se aloja la familia rusa- motivó el alerta sanitario de Nación. 

Por todo esto, y aunque no hay reporte de casos en Tandil, la infectóloga y epidemióloga local recomendó mantener al día el calendario de vacunación. 

“Los chicos tienen una dosis de vacuna triple viral -que tiene sarampión, rubéola y parotiditis- al año de vida y luego tienen un refuerzo en el ingreso escolar, es decir, a los cinco años”, explicó la profesional e indicó además que “si vamos a viajar con niños de menos de un año, pero de más de seis meses, a un lugar donde está circulando el sarampión, el bebé se puede vacunar igual”. 

La médica aclaró de todas maneras que “la recomendación es no viajar con bebés de menos de seis meses porque es una enfermedad que puede ser muy grave en los menores".

Casos importados

El sarampión es una enfermedad eliminada desde hace décadas en este país y en la región.

“El último brote importante en Argentina fue en el año 1998 y duró hasta el 2000; después ha habido brotes de casos importados, que vienen de otras regiones y encuentran a personas susceptibles, es decir, a personas que no tienen inmunidad porque no están vacunadas o porque tienen alguna patología en la que se contraindica la vacunación”, expresó Bruggesser, y señaló que "ahí es cuando aparece el brote".

Asimismo, remarcó que “es una enfermedad grave: tiene un cuadro febril importante -fiebre alta- y el síntoma más característico son las manchas en la piel, lo que se llama exantema”.

“Pero, además, tiene lo que se llama triple catarro, que es conjuntivitis, rinitis y catarro bronquial, algo que puede evolucionar a neumonitis”, añadió. 

La profesional alertó que “también se puede complicar con neumonías y con algo que es bastante grave y que genera secuelas para toda la vida -lo que se llama panencefalitis esclerosante subaguda-, que es cuando el virus llega al sistema nervioso central, es decir al cerebro”.

Finalmente, comentó que la vía de contagio por excelencia es la respiratoria –a través de las secreciones emitidas al estornudar, toser o simplemente hablar- y que el virus tiene una altísima transmisibilidad.