Fernando Fernández valoró cómo las distintas especialidades médicas se capacitaron para atender pacientes Covid
El director médico del Hospital público se refirió al gran mérito de las remodelaciones que se comenzaron a implementar previamente a la pandemia, como parte de una política púbica. “De siete camas que teníamos en la unidad de cuidados críticos, pasamos a tener 16”, subrayó y figuró también la demanda de oxígeno. Marcó la importancia de tener una visión país ante la cantidad de camas.
Cuando asumió como director médico del Hospital Ramón Santamarina, Fernando Fernández ni se imaginaba lo que ocurriría con la pandemia y todas las vicisitudes que tendrían que atravesar para hacer frente a la realidad que aqueja a todo el mundo.
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Prefirió hablar de un todo, y como a través del Sistema Integrado de Salud Pública (SISP), de manera compuesta con los centros de salud comunitaria, el Hospital de Niños y el Larreta de María Ignacia, pueden articular para dar respuesta ante el Covid.
A nivel de las complicaciones que presentan los pacientes internados con coronavirus, aseguró que el Santamarina está cumpliendo un rol relevante en esta pandemia, atendiendo los requerimientos de alta complejidad, camas críticas y cuidados intensivos.
Una de las cosas que remarcó, es que venían trabajando desde hace tiempo, no previendo una pandemia, en mejorar las instalaciones a nivel general, con sectores de oxígeno, aire comprimido, aspiración, ascensores nuevos, sistema de cocina mejorado y una guardia remodelada, entre varias refacciones más.
“Todo eso se había hecho como una política de Estado para tener un Hospital en condiciones, asimismo con la actualización de la aparatología”, señaló, advirtiendo que esas cuestiones ayudaron significativamente a enfrentar estos tiempos.
Reflexionó, entonces, que para que a uno le vaya bien en una pandemia “es tarde” si no tiene hecho todo un trabajo previo y una consolidación de su sistema como una política que se mantenga en el tiempo.
Claro que afirmó que con la pandemia en curso también se hicieron cosas específicas, de hecho tuvieron que readecuar tres salas, la de traumatología, de cirugía y de obstetricia y ginecología, que se destinaron a atender pacientes con Covid-19. A su vez, el área de maternidad y ginecología ser trasladó al Debilio Blanco Villegas.
Consideró que al ser un sistema integrado, pueden precisamente contar con la colaboración y entendimiento para articular los servicios de relevancia. “De siete camas que teníamos en la unidad de cuidados críticos, pasamos a tener 16”, subrayó en el programa “Tandil Despierta”, de EcoTV y Tandil FM (104.1).
La gran batalla de los profesionales
Con respecto al recurso humano, valoró cómo desde las distintas especialidades se han puesto al servicio para atender a los pacientes con coronavirus, capacitándose, por lo que aseguró que se ha dejado de ver al médico como un especialista ajeno a la problemática actual.
“No se podría atender en este momento la demanda que existe si los médicos y todo el personal de salud no intervinieran en brindar atención al paciente”, aclaró, admitiendo que así “tratan” de dar la mejor respuesta a Tandil.
Agregó a ellos la gran colaboración de los residentes que son médicos ya recibidos, con una currícula excelente, pero que aun estando en especialidades no afines a la clínica médica, “están dando una gran batalla” y hacen las guardias.
El oxígeno y otros recursos
Fernández indicó que, gracias a todas las previsiones y la colaboración de la población, han logrado obtener los insumos descartables, que en un principio parecía que serían difíciles de conseguir.
“Siempre tuvimos esos elementos”, aseveró, sin embargo, contó que con el tiempo se fueron agudizando los precios de los medicamentos necesarios para esos pacientes que están en cuidados críticos. Las drogas aumentaron en forma muy importante y eso generó problemas, porque “son valores que desestabilizan a cualquier previsión presupuestaria”.
Por otro lado, con respecto al fantasma de la falta de oxígeno que circuló incluso a nivel país, el director del Santamarina reseñó que han trabajado desde un principio “haciendo las cuentas” con la empresa que suministra ese producto.
Por supuesto que siempre tuvimos el temor, aunque hasta ahora pudimos dar abasto, pero ha aumentado muchísimo el consumo y han tenido que venir mucho más frecuentemente a suministrarnos, haciéndolo siempre en tiempo y forma”, reveló.
Sin aventurarse en la cifra, destacó que es “superlativo” la cantidad de oxígeno que se ha requerido, comparado a lo que habitualmente se consume. Mencionó nuevamente que de siete camas de cuidados críticos pasaron a 16, más las que están en sala general donde disponen de bocas de oxígeno y aparatología que también lo requieren.
“En este momento tenemos internados 26 pacientes con aparatos de alto flujo, máscaras de reservorio y cánulas con oxígeno, por fuera de las camas críticas”, expuso, figurando la necesidad de ese insumo.
El finito recurso de camas
“Todo tiene un límite, es finito”, dijo al referirse a la disponibilidad de camas dentro del centro médico público.
Enfatizó que el servicio de emergencias médicas que han puesto a disposición en caso de suma necesidad respiradores, para poder asistir “temporariamente” a alguien mientras se consigue una derivación o hasta que el paciente pase a una de esas unidades de cuidados críticos.
Fernández sostuvo que llegaron a tener 18 pacientes respirados en el Hospital, con 16 en UTI y dos en guardia, entonces cuando eso se supera “no hay otra manera” que derivar para una correcta atención.
“Eso nos pasa acá y al mejor Hospital de Provincia o Capital Federal, hay un límite”, aseveró, indicando que aunque tenga la mejor infraestructura hay una relación que por momentos no se puede manejar, y es la demanda, que puede llegar a ser demasiado importante.
“En recursos para la salud debemos comportarnos con una visión de país”, razonó, sin sentir fracaso al superarse esa capacidad de camas, sino que entre presupuesto y recursos humanos cada lugar “hace lo mejor posible”, por lo que la articulación resulta primordial.