El BIND Banco Industrial donó un laboratorio de informática a un centro de jubilados
Hizo entrega de una sala completa de informática que funcionará en la sede del centro de jubilados del barrio General Belgrano. El objetivo es capacitar a los adultos mayores y ofrecerles herramientas para incluirlos digitalmente. La acción cuenta con el apoyo de Anses y articula de manera exitosa al sector público y privado para mejorar la calidad de vida de las personas que quieran usar el servicio propuesto.
En la jornada de ayer se concretó la primera donación efectuada por el BIND Banco Industrial a la comunidad de Tandil en pos de acercar a la población económicamente pasiva al mundo digital.
Recibí las noticias en tu email
Se trata de un laboratorio de informática que cuenta con seis computadoras completas -instaladas en una sala reacondicionada para tales fines en el centro de jubilados General Belgrano -localizado en Ituzaingó y Bariffi- que permitirá brindar capacitación y servicios con el objeto de que los jubilados puedan adquirir cada vez mayor autonomía para gestionar diversas operaciones financieras.
Mariana Ballesteros, gerente de la sucursal Tandil del BIND Banco Industrial; Cristian Salvi, gerente de Anses Tandil, y María Laura Visuara, encargada de Relaciones Institucionales y Responsabilidad Social Empresaria del BIND, se hicieron presentes en el lugar acompañados por la comisión del centro, numerosos concurrentes y el referente regional del Organismo Consultivo Juan Pablo Balbuena.
“Nos tenemos que ayudar con Anses para que los jubilados tengan herramientas que les faciliten la cotidianeidad, no solamente a nivel cobro, sino para saber utilizar una tarjeta de débito, consultar su supervivencia”, explicó Visuara en diálogo con El Eco de Tandil.
Inclusión digital
La sala materializada a través de la entidad bancaria será usada por la dependencia gubernamental para ofrecer diferentes cursos orientados a capacitar a los interesados en el uso de herramientas de inclusión financiera. La donación fue concebida a partir de la premisa de que los adultos mayores sean cada vez autónomos e independientes a la hora de manejar sus cuentas y tarjetas.
La acción surgió a partir de una conversación que mantuvieron desde Anses local con la gerente de la sucursal del BIND Tandil, en la que se manifestaron ideas y necesidades con vistas a articular y fortalecer una alianza entre el Estado y el sector privado, a través de la responsabilidad social empresaria y las ONG’S, en este caso el centro de jubilados, que proveyó el espacio. “Tres actores de la sociedad buscando el bien común, en este caso que la tecnología sea accesible para los jubilados y romper el cerco del analfabetismo digital, que es una forma de exclusión social”, detalló Salvi.
Frente a la vulnerabilidad que suele presentar este sector de la población, muchas veces expuesto a timos y engaños, desde los organismos proponen alcanzar un alto nivel de dominio y capacitación tecnológica para que se vuelvan más fuertes y puedan evitar cualquier situación indeseada y peligrosa.
“No hay edad para aprender, un jubilado tiene la cabeza fresca e inteligente como para poder valerse por sí mismo y no ser blanco de un engaño”, expresó la responsable de relaciones institucionales, quien anticipó que habrá más aportes y “sorpresas” para la ciudad de Tandil.
Siguiendo la línea de la alfabetización digital, la Administración Nacional de la Seguridad Social llevó adelante este año un plan de inclusión digital del Ministerio de Modernización de la Nación en el centro de jubilados de Villa Italia, que contó con muchos inscriptos y se desarrolló de manera exitosa. Con ese antecedente en cuenta, en 2019 se pondrá a disposición en la sede de Bariffi e Ituzaingó un taller de computación gratuito para jubilados y pensionados de Anses con aportes de recursos humanos de dicha entidad.
Herramientas que favorecen la autonomía
“Cuando se trata de adultos mayores la inversión no tiene un número determinado. Acá hay muchas actividades, la inclusión financiera es una pata más. Los adultos mayores se lo merecen, tenemos una deuda pendiente con ellos y más con este tipo de brecha generacional, me parece que van a aprovechar mucho la propuesta”, valoró María Laura Visuara, quien llegó especialmente a Tandil para el acto de apertura de la flamante sala de informática.
Las interminables colas y las dilaciones en la espera es una problemática que se repite en todas las sucursales bancarias, receptoras de numerosos jubilados que se acercan cada día para realizar sus trámites o solicitar ayuda.
Desde el BIND Banco Industrial no son ajenos a la situación, y estimaron que muchas veces las personas están acostumbradas a ir al centro de servicio a charlar y encontrarse con el vecino, o desconfían de las nuevas tecnologías porque son generaciones que no se desarrollaron bajo la influencia de la era digital. “Es un paso a paso, cuestión de acostumbrarse, de enseñarles las herramientas”, señalaron.
Anses trabaja desde hace mucho tiempo para garantizar la inclusión digital y financiera de toda la población, y lograr el vínculo de las personas con sus cuentas y los distintos niveles de bancarización. De este modo, los beneficiarios del sistema previsional podrán adquirir mayor confianza en las posibilidades que se brindan a través de los cajeros automáticos y la computadora, y así derribar el mito de que se exponen a más riesgos por operar de ese modo.
“Anses está en un proceso que se llama autogestión que busca que las personas concurran lo menos posible a la oficina y se autogestionen por la computadora, el teléfono, los llamados al 130, o si van a la UDAI que trabajen con las terminales de autoconsulta y no tengan que hacer cola para hablar con un operador, que se agilicen los trámites. Es un cambio cultural, pero cuando se logre instalar, será muy productivo”, analizó Salvi.
Para Visuara los bancos deben estar al servicio de la gente y articular con las instituciones estatales y de la sociedad civil para mejorar la calidad de vida de la población adulta mayor.
“Hacemos hincapié en que saber utilizar los medios electrónicos no invalida que ellos puedan ir a la sucursal, una cosa no reemplaza la otra, es una herramienta más. Si quieren ir a la sucursal, bienvenido sea, sólo queremos que sea algo cómodo para ellos. Que si tienen que viajar, sepan que pueden cobrar en cualquier lugar, es sumar y no reemplaza, que es el miedo de la gente. El saber nunca está de más en cualquier lugar de nuestra vida. Nos da libertad y autonomía”, indicó Ballesteros, conocedora de las necesidades de los clientes.
Este nuevo laboratorio es apenas el inicio de lo que se avizora como una próspera articulación entre lo público y lo privado para ofrecer mejores beneficios a uno de los sectores más postergados de la población.