Desde Cáritas aseguran que hay un aumento de la demanda de alimentos del 30 por ciento
Alba Ren, directora de la entidad en la parroquia del Carmen, confió que le llama la atención la necesidad que están pasando muchos familias de clase media que nunca habían requerido asistencia. Además, cada vez más gente compra ropa usada ante la imposibilidad de adquirirla nueva. Aseguró que hay mucha gente que se acerca para pedir ayuda para conseguir trabajo.
Desde Cáritas de la Parroquia del Carmen expusieron un panorama claro de la difícil situación que atraviesan muchas familias, plasmado en el aumento importante en la demanda de alimentos que tienen.
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Alba Gloria Ren, miembro de Cáritas Diocesana y directora Cáritas del Carmen, contó que desde principio de año con el cierre de algunas fuentes de trabajo comenzaron a notar el incremento notable en la demanda.
“El cierre de algunas fuentes de trabajo a algunas personas de la ciudad los ha afectado en el sentido de que o pagan los servicios o comen, esa es la realidad”, manifestó.
Puntualizó que en el caso de la Parroquia Del Carmen el aumento de la demanda ronda el 30 por ciento y “tiene que ver precisamente con gente que ha perdido su fuente de trabajo o es gente que antes no se acercaba a pedir, pero que con los aumentos de los servicios no llegan a fin de mes y les da vergüenza pedir”.
“A esas familias que nunca han recibido nada es como que les da vergüenza pedir, entonces muchas veces nos enteramos por comentarios de vecinos que te cuentan por ejemplo que el vecino le tocó timbre para pedirle un kilo de azúcar porque no tenía para endulzar la leche de los chicos, entonces esa gente viene, se acerca y nos cuenta, y cuando vamos a la casa y empezamos a indagar descubrimos que es la realidad”, señaló.
Y expuso que “algunos tienen trabajo pero el sueldo no les alcanza en este momento para todo, pago de servicios, ropa, educación de los hijos y eso significa más o menos un 5 o 6 por ciento del aumento y el otro 24 por ciento tiene que ver con gente que de por sí ya estaba sin trabajo que tiene ayuda de Desarrollo Social pero el bolsón no les alcanza para todo el mes, entonces también se acercan a pedir”.
Las necesidades
No obstante, aclaró que la prioridad la tienen las personas ancianas, enfermos y discapacitados en primer lugar, después familias numerosas y luego familias que tienen dos o tres chicos.
“Pero en lo que va de marzo hasta ahora tenemos una lista de espera de 35, 40 familias nuevas que tiene que ver con que en Tandil somos siete parroquias pero sólo cinco tenemos organizados Cáritas, entonces por ejemplo la Parroquia Santa Ana que no tiene Cáritas, no asiste a esas familias que viven dentro de su jurisdicción entonces vienen a golpear a las otras Cáritas, así que tratamos de repartir porque yo no puedo absorber todo lo que corresponde a Santa Ana entonces el Santísimo me está dando una mano”, explicó.
“Esas familias no están desabastecidas por parte del Municipio pero en este momento no alcanza. Se ven familias que por primera vez van a pedir ayuda a Desarrollo Social y son de clase media. La mayoría de las familias que asistimos no son de clase media, es gente que o no trabajan, y si hay varón en la casa vive de changas, cortan el pasto, alguna obra de albañilería pero no tienen trabajo estable”, indicó.
Y sostuvo que “en invierno siempre hay un incremento muy grande por el tema de esos trabajos temporales caen como cortado de pasto. Siempre en invierno tenemos un incremento pero este año ya viene marcado desde que cerró la Renault y mucha gente que trabajaba en comercios que cerraron. Es la gente que se empieza a acercar, la que fue quedando sin trabajo, ese es el aumento que notamos junto con el aumento típico del invierno. Generalmente un 12, 15 por ciento aumentaba en invierno pero este año fue un 30”.
Detalló que ellos a las familias que asisten les entregan un bolsón de mercadería y tienen “vía libre” en todo lo que es ropa y calzado.
Además, hay casos de gente que necesita medicación y tratan de conseguirla a través de dos o tres farmacias que son muy solidarias, y que los ayudan.
“A veces les damos materiales para mejorar las casas, y ahí nos da una mano importante el Municipio porque todo lo que son materiales lo aportan ellos, y a veces nos piden colchones, frazadas, sábanas, utensilios de la casa, ollas, pavas, platos, vasos, porque se les van rompiendo, deteriorando, en la medida que vamos teniendo donaciones vamos saldando esos pedidos”, afirmó.
Y agregó que “entregamos el bolsón de mercadería una vez por mes, y tratamos de conseguir lo que nos van pidiendo, por ejemplo hace poco entró un pedido de una cocina y alguien justo donó una cocina. Lo que más donan es ropa, las Cáritas estamos cubiertas de ropa, es lo que menos necesitamos. Lo que más se necesitan son frazadas, colchones, artículos de la casa. En la Parroquia tenemos un canasto donde la gente los fines de semana va depositando alimentos”.
“Hay tres canales con los que resolvemos la situación del alimento, uno es lo que nos donan en la parroquia, un porcentaje que nos da el Municipio a través de Desarrollo Social y el otro es lo que compramos con un Roperito que es una venta económica de ropa y con lo que se junta compramos la mercadería que nos falta”, indicó.
En cuanto a la cantidad de familias que asisten, indicó que hasta febrero eran 120 entre la Parroquia del Carmen y la Capilla Nuestra Señora del Rosario que les corresponde, pero frente al aumento que hubo de 30, 35 familias debieron generar lista de espera porque “hay meses que podemos comprar más y vamos dando prioridad”. Hoy en día están asistiendo a 155 familias aproximadamente pero siguen teniendo lista de espera.
Ropa usada y falta de trabajo
Por otro lado, indicó que el Roperito tiene dos finalidades: “nos permite el dinero para obtener la mercadería que nos falta y por otra parte estamos ayudando al comprador, porque esa es otra de las cosas que notamos, gente que antes no compraba ropa usada y que comenta que si no viene a comprar ropa usada no puede vestirse, eso lo empezamos a notar este año. Ya desde febrero marzo empezamos a notar gente de clase media que viene a buscar ropa usada y que antes no lo hacía”.
“Dicen que la única forma de vestirse es a través de las Cáritas o de las ferias americanas, que es otra de las cosas que al recorrer el barrio estamos notando. Nosotros salimos a visitar a las familias, y noto que han surgido un montón de feria americanas”, indicó.
En tanto, contó que el intendente Miguel Lunghi convocó a todas las directoras de Cáritas Tandil para que le presentaran la situación que observan. “Una de las cosas que charlamos con Lunghi es que el tema laboral es el problema, las fuentes de trabajo. Todos coincidimos en el aumento de las familias y en el aumento de que las familias que asistimos requieren más del bolsón que nosotros damos”, señaló.
“El bolsón en realidad no les alcanza para un mes, si les resulta para una semana es mucho. Yo hace varios años que trabajo en Cáritas y esto que está sucediendo es de este año, hay mucha gente que se vienen a anotar por si sabemos de un empleo”, contó.
En tanto, explicó que “la gente que está acostumbrada a trabajar quiere trabajar, no quiere el bolsón, lo quiere ahora por la emergencia de no tener que darle de comer a sus hijos, pero en el fondo quieren trabajar. Por otro lado, tenemos el grupo de familias que venimos asistiendo hace muchos años que ya están acostumbrados que reciben del Estado, de la Iglesia y que les ofrecés la posibilidad de un trabajo y huyen, porque se acostumbraron a recibir y no tienen la cultura del trabajo, es otra realidad”.