Un nuevo estudio sugiere que la ivermectina no alivia los síntomas leves del coronavirus
El medicamento, que se emplea usualmente como antiparasitario, se ha recetado ampliamente durante la pandemia pero no ha habido datos rigurosos sobre su efectividad.
La ivermectina, un medicamento antiparasitario que fue presentado como un tratamiento potencial contra el coronavirus, no acorta el tiempo de recuperación en las personas con casos leves de la enfermedad, de acuerdo con un ensayo aleatorio controlado publicado en la revista científica JAMA.
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La ivermectina suele utilizarse para tratar los gusanos parasitarios tanto en personas como en animales pero la evidencia científica de su eficacia contra el coronavirus es muy escasa. Algunos estudios han indicado que el fármaco puede prevenir que varios virus se repliquen en las células. Y el año pasado, investigadores en Australia encontraron que, en dosis elevadas, en cultivos celulares, la ivermectina suprimió el SARS-CoV-2, el virus que causa el Covid-19. Dichos hallazgos alentaron el uso del medicamento, especialmente en América Latina.
A finales de enero, este medio publicó un extenso informe sobre el uso de la ivermectina en Tandil. Se señalaba en el mismo que aquellas personas que defienden su utilización apelan a que hay que poner en contexto que frente a la emergencia que significa la pandemia, frente al objetivo final que es la vacuna, encontrar herramientas de apoyo, herramientas terapéuticas sobre prevención como sería el caso del ivermectina tiene que ser una motivación de la ciencia, de la comunidad médica, y que a la sociedad la permita razonable y responsablemente, evitando la automedicación, tener herramientas que ayuden, como sería el caso.
“Siempre hará falta o será mejor contar con más datos, lo que ocurre es que esa utilización la necesitamos ahora”, se señaló. Los que defienden su utilización insisten en el mensaje de que hay que evitar la automedicación. Que se requiere de una prescripción médica y un seguimiento del paciente con el tratamiento con ivermectina.
Uno de los estudios más importantes en la materia fue llevado adelante por el prestigioso científico tandilense Carlos Lanusse, quien públicamente se ha lamentado de que “la Anmat esté privando a la sociedad de una herramienta que puede dar batalla al virus”, y ratificó que se trata de un fármaco seguro, que reduce notablemente el riesgo de muerte y tiempo de internación.
El nuevo estudio
“La ivermectina se está usando actualmente ampliamente”, dijo Eduardo López Medina, médico e investigador del Centro de Enfermedades Infecciosas Pediátricas en Cali, Colombia, que dirigió el nuevo ensayo. “En muchos países en las Américas y en otras partes del mundo forma parte de los lineamientos nacionales de tratamiento del Covid”, aseguró.
En el nuevo estudio, López Medina y sus colegas asignaron aleatoriamente a más de 400 personas que recientemente habían desarrollado síntomas leves de Covid-19 que tomaran un esquema de cinco días de ivermectina o placebo. Encontraron que los síntomas de Covid-19 duraron alrededor de 10 días en las personas que recibieron el fármaco, en comparación con los 12 días de quienes recibieron el placebo, una diferencia estadísticamente insignificante.
El nuevo ensayo añade datos clínicos muy necesarios para el debate sobre el uso de la ivermectina como tratamiento del Covid-19, dijo Regina Rabinovich, médica e investigadora de salud global en la Escuela de Salud Pública T. H. Chan de Harvard, que no participó en el estudio.
Pero observó que el ensayo era relativamente pequeño y no responde a la pregunta clínica más urgente que es si la ivermectina es capaz de prevenir enfermar de gravedad o evitar la muerte. “La duración de los síntomas puede que no sea el parámetro más importante ni clínico ni de salud pública”, dijo.
Los investigadores encontraron que siete pacientes del grupo placebo se deterioraron después de participar en el ensayo en comparación con cuatro del grupo de la ivermectina, pero los números eran muy pequeños como para llegar a una conclusión significativa.
“Hubo una pequeña señal ahí, y sería interesante ver si esa señal que vimos es real o no”, dijo López Medina. “Pero eso tendría que responderse en un ensayo mayor”.
López Medina también comentó que la población del estudio era relativamente joven y saludable, con una edad promedio de 37 años y pocas de las comorbilidades que pueden hacer que la Covid-19 sea más peligrosa.