OPINIÓN
La llama del turf como señal de recuperación
No hay bingos habilitados ni tampoco hay maquinitas electrónicas, dos juegos de azar que tienen una gran cantidad de apostadores a lo largo y a lo ancho del país, por lo que solo el turf trata de sobrevivir sin público y con limitaciones de protocolos en las agencias permitidas para apostar en cada carrera.
El turf, una disciplina deportiva muy arraigada en el corazón del pueblo argentino, está dando señales claras de una llamativa recuperación. Funcionan los hipódromos centrales del país (Palermo, San Isidro y La Plata) y cada uno de ellos ha mostrado eficiencia y orden, dos virtudes fundamentales para combatir al coronavirus.
No se ha registrado ni un solo caso de contagio desde fines de agosto hasta acá. Esa eficiencia también vino acompañada por una inteligente publicidad que los hipódromos de San Isidro, La Plata y Palermo pusieron en marcha.
Ponemos como ejemplo los 56.314.570 pesos de recaudación en el hipódromo de San Isidro el sábado 31 de octubre, cuando se corrió el Gran Premio Jockey Club.
Es una recaudación récord para una actividad que estaba “herida de muerte” tras los cuatro años del Gobierno de Macri, quien le dio la espalda al turf sin escuchar los reclamos del sector. Reclamos que todavía hay que seguir conversando con el nuevo gobierno.
Con poco margen de maniobra y con una pandemia muy dura, el turf estaba más para cerrar las puertas que para abrirlas. Pero algo solidario aconteció durante los primeros seis meses del coronavirus.
Dirigentes, propietarios, entrenadores, jockeys, gremialistas, peones, etc. se juntaron para unir fuerzas ante tanta malaria junta. Y de la unión llegó la fuerza y con la fuerza el turf salió airoso con una llama encendida para el futuro. La unión pudo más que los miedos.
Ahora el hipódromo de La Plata tendrá el jueves 19 de noviembre el Gran Premio Dardo Rocha. Palermo, por su parte, realizará el sábado 28 de noviembre el Gran Premio Nacional y San Isidro, como es costumbre, tendrá el Gran Premio Carlos Pellegrini a mediados de diciembre.
El año corto de seis meses se va terminando y los ojos están puestos en todo lo que hay que hacer en el 2021. El turf movilizará todos sus estructuras en el interior del país para que sus haras sigan siendo de primer nivel mundial. Y con eso acompañar las nuevas políticas que los tres hipódromos centrales (Palermo, San Isidro y La Plata) deberán formatear para que la actividad hípica sea un acto épico.
La industria del turf -alcanza a 800 mil personas, según el último censo realizado en el 2017- está de pie y con buenos resultados a todo nivel. Poco a poco se irán integrando los hipódromos de San Luis, Rosario, Tandil y Azul, quien ya probó con una reunión el domingo pasado que dejó conformes a los organizadores.
En todos los casos se pudo ver un turf unido entre dirigentes y gremialistas, algo que no se veía desde hace mucho, pero mucho tiempo. ¿Será este el camino?. Otro no hay. “Unidos o dominados” dijo alguien que sabía andar a caballo. (Télam)