La “línea violeta” recibe múltiples consultas sobre violencia y establece puentes de contención
La línea telefónica de la Casa Violeta es un dispositivo de acompañamiento y asesoría para situaciones de violencia de género. Forman parte del plan de contingencia local para unificar acciones en medio del aislamiento y la emergencia.
En cuarentena la violencia no cesa. Al contrario, se recrudece, y así lo muestran los indicadores nacionales que evidencian un 39 por ciento mas de consultas al respecto. Frente a este escenario, en la ciudad se activaron dispositivos y un plan de contingencia para coordinar todas las acciones institucionales y del Estado con el propósito de atender los casos en torno a esta preocupante problemática.
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La Casa Violeta de la colectiva feminista Mala Junta es uno de los espacios de referencia a nivel local que ofrece asesoramiento y acompañamiento ante situaciones de esta naturaleza. Con el aislamiento obligatorio, buscaron fortalecer la línea telefónica (“línea violeta”) para canalizar las consultas que solían llegar hasta el lugar físico. Para llamadas y WathsApp el número habilitado es el 249 154 286797. Para comunicarse por las redes FB: Casa Violeta Tandil // IG: malajuntatandil
Pedir ayuda
La actual emergencia sanitaria se suma a un estado de emergencia nacional por violencia de género que las organizaciones feministas vienen denunciando hace tiempo: al 30 de marzo, se registraron 86 femicidios en el país, de los cuales el 65 por ciento fueron cometidos por parejas o exparejas de las víctimas.
En la ciudad, desde la participación en la Mesa Contra la Violencia Familiar y de Género, impulsaron el Plan de Contingencia para dar respuesta a los problemas emergentes, unificando criterios y diversidad de espacios de trabajo que confluyan en la atención, seguimiento y resolución de los mismos.
En este sentido, Rocío Liébana, referente de Mala Junta en la provincia de Buenos Aires e integrante de la Casa Violeta en Tandil, señaló: “Nos preocupan las mujeres y disidencias que ya venían atravesando situaciones de violencia simbólica y psicológicas en sus hogares. Que eran menospreciadas cotidianamente y que hoy están obligadas a vivir una convivencia sin respiro alguno y saber que esa situación de violencia hoy puede desencadenar en otras violencias”.
Asesoramiento y contención
En el contexto de cuarentena obligatoria, la violencia y las desigualdades de género empeoran, y las posibilidades de acceder, tanto a vínculos que rompan el aislamiento como a las instituciones que deberían atender frente a una situación de violencia de género (la denominada “ruta crítica”) se torna más inaccesible. De hecho, muchas instituciones modificaron sus horarios y formas de atención, redujeron personal y eso incide claramente en el transitar las mismas.
Como una manera de evitar las dilaciones y confusiones que una mujer o disidencia podría atravesar en el camino, en diálogo con El Eco de Tandil, Liébana indicó que pretenden evitar que haya personas yendo de un lugar a otro sin respuesta en medio de un momento caótico, angustiante, cargado a veces de contradicciones, temores, formalismo y lenguajes institucionales complejos.
“En el caso puntual de Tandil ya teníamos un dispositivo de acompañamiento presencial en Casa Violeta y nos agarró la cuarentena mudándonos a un nuevo lugar. Queremos terminar de instalar el número de teléfono para seguir asesorando. Es importante que mas allá de que existan otros canales y ayudas, poder brindar un teléfono en el que tengan la seguridad de una línea local, porque muchas personas nos tienen referenciadas como organización, nos conocen y sienten confianza, entonces nos pueden ubicar fácilmente y así tendemos puentes con todas las instituciones que siguen funcionando para acompañar estos procesos”, detalló Liébana.
La joven refirió que en el marco actual cualquier situación de violencia es más compleja para cualquier persona que la transita por primera vez o no, por eso es fundamental reforzar las vías de comunicación, asesoramiento y contención, y garantizar que estén a la mano de cualquier persona. “Recibimos muchas consultas. A veces son situaciones que no conducen a una denuncia, pero se brinda un espacio de escucha y consulta para saldar dudas o contener. Nos han llamado para saber qué hacer porque escuchan al vecino que maltrata a sus hijos y la mujer cada vez más, que son situaciones no de riesgo inminente, pero que requieren de un acompañamiento”, reflexionó.