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Jaiss Pizza, la materialización de un proyecto de vida
Antonella y Rafael dirigen esta nueva propuesta gastronómica de la ciudad, que seguirá creciendo y ampliando su espectro en el mundo de las masas.
Jaiss Pizza es un proyecto gastronómico recién llegado a la ciudad, que se propone dar un salto de calidad en la elaboración de panificados. Con una fuerte raíz panadera, experiencia y un espíritu evolutivo en uno de sus ejes centrales, Rafael, y en el otro, Antonella, una gran capacidad de planificación, ordenamiento y virtud para alcanzar los objetivos.
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Ambos se conocieron hace nueve años, fueron armando su plan de vida, y hoy lo materializan con un bellísimo local ubicado en Juncal 595, a pocos metros de Avellaneda, y en pleno camino hacia el Lago del Fuerte. Allí, ofrecen exquisitas pizzas elaboradas a partir de la técnica de fermentación prolongada, y horneadas al instante en un horno de primera calidad, traído específicamente desde San Juan, haciendo honor a la industria nacional.
El Eco Multimedios dialogó con sus propietarios, mentores de esta idea que ya tiene planes de expansión, para conocer desde el inicio la gestión de un proyecto de vida, que se materializó y ya comienza a dar sus frutos.
“A mí no me gustaba la idea de que los trabajos me separaran de la familia que yo quería formar”, comienza narrando Antonella, sentando un precedente de hacia dónde va orientado el proyecto. Leyó sobre la filosofía del juego y los juguetes de Walter Benjamin, sobre cómo la Revolución Industrial modificó la dinámica familiar, de aprendizaje y de juego. Y vivió en su niñez los coletazos de ese modo de vida, en el que el trabajo iba por encima de todo.
“No me gustó vivir una infancia separada de mis padres por temas laborales, y en parte es de ahí que surge este deseo de construir una vida a consciencia”, explica.
Con esa premisa en mente, la idea fue armar un espacio donde junto con Rafael pudieran compartir un oficio, pasar más tiempo juntos, y no tener que pedir autorización ni permiso a nadie para poder disfrutar de ello.
“La persona que tuviera ganas de compartir la vida conmigo tenía que compartir ese plan de vida. Nos conocimos con Rafa estudiando y le gustó esa construcción familiar, así que este proyecto viene gestándose mucho antes de lo que se puede ver”, asegura Antonella.
Ella, oriunda de Tigre; él, de Pilar. Estaban convencidos de que no querían seguir viviendo cerca de la Capital, “queríamos más naturaleza, estar en la montaña o en la sierra, llevando un estilo de vida tranquilo, donde pudiéramos compartir tiempo de calidad”.
Pero el objetivo final requería no sólo de una gran inversión, sino de la experiencia necesaria para tener en cuenta todos los factores y circunstancias que son parte del emprendedurismo, para poder afrontarlos con entereza.
En esa línea, “fuimos trabajando para diferentes emprendedores y entendiendo cuál era el proceso de toma de decisiones de fondo, de estructura, de crecimiento y de expansión de un proyecto”, explicó.
Recorrieron gran parte de Argentina e incluso Brasil, buscando el sitio ideal en el cual echar raíces y comenzar a darle forma concreta a su sueño. Cuando se enteraron de la llegada de su primera hija, Josefina, decidieron hacer el último viaje solos, y eligieron como destino a Tandil.
Sin querer, o quizás como una manifestación de su inconsciente, terminaron descubriendo en la ciudad un lugar ideal para formar una familia, y poner en marcha la realización de sus ambiciones. “Nos deslumbró, estando en el edificio de Fugl, a la noche, mirando la ciudad iluminada, dijimos ‘esto es lo que queremos, es acá"', relató.
"Evidentemente Tandil nos quiso acá" afirmó, ya que a pesar de que el plan era mudarse recién en marzo de este año, en muy poco tiempo encontraron un local ideal, un hermoso hogar, y con su hija de tan sólo un año, se instalaron aquí mientras Rafael continuó viajando regularmente para terminar de resolver sus cuestiones laborales.
“Para mí es muy importante el sistema educativo, el sistema de salud, y Tandil cumple todos los requisitos que buscábamos. Está cerca del mar, que Rafael ama el agua, sumale la naturaleza, las propuestas que ofrecen en general, la belleza del lugar, encontramos el sitio ideal para vivir”.
Recién para cuando hubo que prender el horno y poner manos a la obra, Rafael, el otro protagonista de esta historia, se estableció en la ciudad y comenzó a desplegar todos sus conocimientos sobre harinas.
Raíces panaderas
“Yo soy panadero, vengo de familia panadera, mi abuelo panadero, mis tíos panaderos, gran parte de mi cocina la aprendí viendo a mi abuela cocinar, otra gran parte la absorbí de mi madre y Antonella fue la persona que me impulsó a que me dedique a esto”, contó en diálogo con este medio.
Aparte de estudiar sobre la materia, se considera un autodidacta, ya que al comienzo no logró comprender los detalles del oficio, y apeló a los recuerdos familiares y a la satisfactoria sensación de hacer algo con sus propias manos, para terminar por dedicarse exclusivamente a la panadería.
En ese proceso de crecimiento constante, conoció la técnica de la fermentación prolongada. “Para resumirlo, es hacer una masa con un iniciador, puede ser una levadura, masa madre, kéfir de agua, entre otros, y tiempo”, explicó.
A partir de esos dos pilares, se prolonga por horas la fermentación de la masa, logrando que adquiera características mucho más definidas en cuanto al sabor, la textura, la crocancia, y otras cualidades que pueden distinguirse en el paladar.
Con esta idea de complejización de la masa parte la casa de harinas “Jaiss”. Se busca que el cliente pueda sentir el sabor de cada uno de los ingredientes que componen la pizza, porque “ahí ya está sucediendo algo”, y a la vez pueda observar el proceso de preparación y sacarse dudas sobre el mismo.
Con ese sentido es que se ubicó una extensa barra en el local, haciendo uso de una de las estrategias del ámbito de la coctelería. “Para que la gente que venga nos pregunte lo que quieran o simplemente nos vea trabajar, que es algo que se ve mucho en bares, donde el barman tiende a ser una especie de anfitrión”.
Listos para crecer
Hoy, como puntapié inicial, sólo venden pizzas, pero en un futuro no muy lejano se irá ampliando el espectro de elaboraciones. “Vamos a ir mutando y va a ir por etapas”, asegura Rafael. “Yo soy panadero, así que esto se va a convertir en una panadería, inevitablemente. Se va a convertir en un lugar de laminados, en un lugar de Focacceria-sandwich, en un lugar de ramos generales, y tenemos un patio espectacular que vamos a aprovecharlo sí o sí”, afirmó.
A su vez, está en el horizonte la realización de cursos de capacitación para extender sus conocimientos a los tandilenses, ya que sostiene que eso lo satisface. Las harinas son su elemento y se siente cómodo tanto en la gestión de los diferentes productos, como en la organización de equipos de trabajo.
Otro de los aspectos que influyó en que se establezcan en la ciudad es la cantidad y variedad de productores locales, con los cuales no sólo se puede intercambiar información y experiencias, sino que pueden aportar insumos de calidad que revaloricen lo que se cocina en el horno de Jaiss.
“Vamos a ir acercándonos a ellos para sumarlos en nuestro menú y por qué no, que tengan un lugar donde exponer sus productos y comunicar lo que saben a la comunidad”, proyectó.
El fuego
La vida de esta familia ronda alrededor del fuego, suelen disfrutarlo frecuentemente, y el nombre Jaiss proviene de esta costumbre. La primera palabra que pronunció Josefina en alemán, un idioma muy estudiado por su madre, fue heiß, que quiere decir caliente. Lo cierto es que no hubiera sido un nombre muy estratégico por su dificultad para pronunciarlo, por lo que optaron por “argentinizar” el término y dar por terminado el asunto.
Si bien actualmente el local abre tan sólo unas horas al día, a partir de las 18 hasta las 00, la pareja está desde temprano trabajando, repasando el turno del día anterior, viendo que cosas se pueden mejorar, qué necesidades no están cubiertas, y elaborando siempre los pasos a seguir para que la rueda siga girando y la ambiciones no se estanquen.
En el horizonte cercano está la apertura de la panadería con masa madre y fermentación prolongada por la mañana, y la incorporación de talleres para acercar sus conocimientos a los tandilenses.
“Por eso es muy importante la posición de servicio al público”, sostienen Antonella y Rafael, “no sólo para recibirlos y que se lleven una experiencia integral, sino también ver qué están pidiendo, qué le gusta al cliente y qué podemos ofrecerle dentro de los valores de la empresa”.