Robaron nuevamente en Maderera San Antonio
Un nuevo hecho delictivo, el undécimo en total entre central y sucursal, sufrió en la madrugada de ayer el comercio denominado Maderera San Antonio, situada en Figueroa 561, cuyo titular es Gabriel Fuente expresidente de la Cámara Empresaria de Tandil.
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El hecho se desencadenó a la 5, según el reporte que se obtuvo desde la central de alarmas y en escasos minutos los delincuentes no solo provocaron daños en el interior del negocio, sino que también se alzaron con el dinero que había en una caja registradora y varias herramientas.
Gabriel Fuente, en diálogo con El Eco de Tandil, contó qe “en esta oportunidad rompieron un portón, cortándolo, y a partir de ahí se tomaron dos minutos y medio para entrar sabiendo por los lugares donde tenían que ingresar, rompiendo una puerta blindada que da acceso a la oficina, para llevarse la caja registradora y herramientas que estaban a la venta y que son fácil de transportar”.
Agregó que “en la caja había el cambio normal que serían entre 2 o 3 mil pesos, la verdad que con la bronca no me puse a mirar cuanto era. Este es el robo número once que sufro repartido entre la sucursal y la central”.
En cuanto a si tiene sospechas dijo que “siempre hay sospechas, sobre todo por la modalidad y por la forma en que la gente accede a los lugares clave en tiempo récord. Si no se conoce el lugar es imposible hacerlo, por lo que es gente que indudablemente conoce”.
Bronca
Fuente se mostró molesto con el accionar de los policías, manifestó al respecto que “según me dijo el personal de la alarma, Policía Local fue la que llegó primero al lugar. Cuando quienes vinieron por la alarma quisieron entrar no lo dejaron, por lo que me llamaron pero no atendí porque tenía el celular en silencio. Creo que la policía que accede rápidamente debería ingresar o actuar de otra manera”.
Especificó que “hay un patio abierto donde se veía claramente desde afuera que el portón estaba abierto y además está todo iluminado. Si tenes ganas de ver un poco más en un frente de 28 metros no es tan difícil”.
Narró que “según la policía no ingresa al lugar por un protocolo que tienen ya que si no está el dueño o el encargado no pueden entrar. Otra gente me ha dicho que pueden ingresar pero no tienen ganas de arriesgarse sabiendo que los delincuentes entran y salen rápidamente. La verdad que recibir un balazo, una cuchillada o un susto no da, sobre todo Policía Local, que me parece a mí y sin intentar desmerecer lo que es no tienen el fogueo que pueden llegar a tener algún otro tipo de fuerza policial”.
El responsable del comercio detalló cómo se enteró del robo que había sufrido su empresa. “Me desperté muy temprano -indicó- porque mi hijo viajaba a jugar al básquet a Olavarría. Antes de llevarlo al club agarré el celular y vi las llamadas perdidas de la alarma. Me comuniqué con la central y me informaron las zonas en las que la alarma se había disparado y ya sabía que me habían robado. Así que llevé a mi hijo al club y después fui hasta la empresa y me encontré con el panorama de un nuevo robo”. Cabe señalar que la denuncia por corresponder jurisdicción fue radicada en la comisaría Segunda.
“Son unos
pobres tipos”
Enojado e indignado por lo ocurrido reflexionó que “uno hace todo lo posible para estar protegido y eso cuesta mucho dinero y sacrificio. Tener hoy una empresa donde trabajan un montón de personas, haberla hecho de la nada, esforzándote todos los días por generar algo más o para ampliarla y estos tipos vienen un rato y te hacen un desastre”.
Señaló que “no en este caso, pero he presentado imágenes con la cara perfecta de los ladrones y no pasa nada. Te llega un oficio a los catorce meses diciendo que se desestima el caso porque no se pudieron identificar a los sospechosos”.
Contó que “tengo cámaras, alarmas, rejas, seguro y seguiré reforzando las medidas de seguridad. Si hubo una cámara que falló pondré dos y habrá más rejas, pero mucho más que eso no se puede hacer”.
Al ser consultado si tener seguridad y que siga sufriendo robos le quitaba las ganas de hacer cosas, sostuvo que “mirá los pobres desgraciados que hicieron eso a esta altura del día se gastaron la guita y están igual. Son unos pobres tipos. Lo que me robaron no me va a cambiar la vida, ni me hace ni más, ni menos feliz. Trabajo por otras razones que no son solamente lo económico. Obviamente no festejo lo sucedido, pero tampoco me deprimo”.
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