Necrológicas
NICOLAS OSVALDO BEFUMO
El 5 de agosto pasado falleció Nicolás Osvaldo Befumo, un joven que contaba con solo 23 años.
Su familia lo recuerda así: “Niko, qué decir que no te hayamos dicho. Fuiste una persona tan pura, con un corazón como pocos, un padre tan ejemplar. ¡Que no dabas por tu hermosa Marti! Siempre tan compañeros; para ella nunca había un no, siempre podías hacer todo por ella, aunque estuvieras cansado. Nunca escuchamos un no podemos jugar, para tu sol no existían excusas y así fue hasta el último día que dejaste tu corazón por tu princesa.
Lamento tanto que se deban un último juego, un último beso, ese abrazo que tanto deseabas darle, ese te amo que quedó a mitad de tu garganta y nunca llegó a sus oídos. Pero tenés que saber que vamos a jugar tanto como vos querías con ella, desde este momento vamos a ser todos sus papás, la vamos a proteger como lo hacemos siempre, pero ahora vos la vas a cuidar el doble porque serás su ángel eterno.
Empiezan a pasar los días y nos invadimos de tus hermosos recuerdos. Siempre fuiste un hijo muy compañero, vivías pendiente de nuestros papás, siempre le hacías bromas a mamá, quién le va a preguntar ¿má, necesitás algo? Quién le va a revolver todo el garaje a papá buscando herramientas. Sos un hermano como pocos, siempre haciendo bromas con esa risa tan pícara. Nos amábamos tanto los cuatro, éramos eternos cómplices. Nos dejaste la mitad de nuestros corazones porque vos te llevaste la otra mitad, parece que todavía te escuchamos en cada lugar que vamos.
Eras un nieto tan ejemplar, siempre tan pendiente de las viejitas, como le decías a nuestras abuelas. Te divertías tanto cuando las hacías rezongar, cada broma que les hacías a los tíos. Hoy nos juntamos y contamos esas anécdotas infinitas. Si vieras al Chupete y al Orejón cómo te extrañan, les dirías ‘que no decaiga’. Es tan difícil explicarles a tus sobrinos que ya no habrá más salidas con el tío, no más helados, no parque de diversiones, ya no podrás tirarlos hasta el techo como ellos siempre te pedían. Hoy saben que estás en el cielo con Dios y que sos su ángel.
Tus cuñados, esos hermanos que elegiste para que nos cuiden, con quién van a rezongar ahora, les hacés tanta falta. Ya no habrá nadie que le saque sus herramientas al Negro, como vos le decías; quien le rompa sus cosas y ¡no le avise! No habrá quien quiera esconderle el Coco (su perro) a Mika, ni robarle los encendedores. Nuestros primos se quedaron sin ese inventor tan privilegiado que tanto amaban. Tus amigos, qué decir de esas hermosas personas que nos dejaste, hijos postizos, hermanos del corazón, chicos únicos con un corazón como el tuyo.
Hoy visitan a mamá y se pasan horas hablando de tus pícaros recuerdos, con ese nudo que se les hace al recordarte como se nos hace a todos al pensarte. ¡Nunca dejes de brillar! Como dice mamá, Dios te llevó porque necesitaba alguien que vendiera cosas y arreglara todo en el cielo.
Cuidanos por siempre y guianos en esta lucha que debemos batallar, orgullosos, en tu honor. Te recordamos eternamente con alegría, cada vez que miramos a tu princesa sabremos que estarás presente a través de su hermosa mirada inocente. Que en paz descanse nuestro precioso ángel. Te amamos eternamente”.
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GABRIEL MARIANO CURATOLA
En Buenos Aires, el 4 de agosto pasado, murió Gabriel Mariano Curatola, a los 50 años. Sus restos descansan en el cementerio parque Pradera de Paz.
Dedicatoria:
“El 4 de agosto de 2017, nacimiento a la vida eterna.
Querido Gabriel, querido amor.
Hoy hace dos semanas que partiste.
Te fuiste en silencio y en paz, humildemente preparado y dispuesto para el gran encuentro eterno y definitivo con Dios.
Mi corazón te llora silenciosamente, porque sin quererlo algo me preparaste para este momento.
Y llora tu ausencia física, tu hermosa y bella compañía, tu entusiasmo incansable, tu protección, tu garra, tu energía, tus sueños.
Solo me consuela el saberte bien, y la certeza de que al fin estás por siempre feliz y pleno como vos te merecés. Y pensándote así es como puedo entonces dejarte partir.
Todos aquí te estamos agradecidos por tu generosidad, tu respeto, tu amistad, tus oportunos silencios, tu dulce sonrisa. Tu ejemplo de constante lucha, de honorabilidad, y dignidad. Hermoso legado.
Como esposa me siento honrada por ser tu elegida. Como te decía siempre: ¡Bendecís mi vida!
Seguro estarás prendidísimo del delantal de tu añorada y protectora abuela Marina, y ni hablar que también del manto de tu amada Madre del Cielo. Tanto que lo ansiaste, ¡disfrútalas!
Te pido que sigas acompañándome por siempre, pero ahora desde allá. Que me ayudes, me guíes y me sostengas cada día, cada hora. ¡Me lo prometiste!
Siempre fuiste mi ángel guardián, mi ángel protector, mi ángel Gabriel ¡y hoy más que nunca!
Te amo. Te amo por siempre. ¡Y así será hasta que Dios nos vuelva a reencontrar!
Gracias, gracias, gracias. ¡Por siempre gracias!”.
MARIA HORTENSIA CRISTECHE VDA. DE VILLEGAS
El 8 de agosto, en Tandil, falleció María Hortensia Cristeche. Había nacido en Benito Juárez, el 10 de abril de 1929, transcurriendo su niñez en el campo, en Tedín Uriburu, junto a sus padres y sus tres hermanos.
Su madre fue quien le enseñó las primeras letras para luego estudiar en el Colegio de Hermanas de Benito Juárez, lugar donde vivió como pupila junto a su hermana Lila hasta que se recibió de docente.
Ejerció la profesión, primero en Adolfo Gonzales Chaves, y luego en la Escuela 1 de Benito Juárez, lugar donde finalizó su carrera como secretaria y donde se jubiló.
Estaba casada con Gustavo Villegas, con quien tuvo dos hijos, los que le dieron cinco nietos: Ignacio, Pedro, Alejandra, Fátima y Génesis. En el año 1989 eligió venir a vivir a Tandil.
Fue una mujer muy fuerte, dueña de una gran y singular personalidad, muy introvertida, con la virtud de saber escuchar a los demás y gran valor para decir la verdad. Se caracterizaba por su humanidad y su sencillez.
Le tocó vivir con enorme entereza la pérdida de un nieto pequeño de seis años de edad. Sus últimos años vivió rodeada del cariño de su hija y sus nietos.
“¡Tencha: te recordaremos con cariño y lindas anécdotas!”.
ANTONIO TIZZANO (NINO)
El 3 de agosto pasado, a la edad de 82 años, dejó de existir Antonio Tizzano, causando gran consternación entre aquellas personas que lo conocieron, además de sus familiares y amigos.
Había nacido en Nápoles, Italia, el día 6 de enero de 1935, y llegó a la Argentina de muy pequeño, junto a sus padres y hermanos, radicándose en la ciudad de La Plata.
Fue en la ciudad de las diagonales donde conoció a Delia Niubó (f), quien se convirtió en su esposa y fruto de ese amor llegarían sus tres hijos: Marcelo, Claudia y Sergio.
Arribó a Tandil por cuestiones laborales y se instaló para siempre en la ciudad, desempeñándose en la Municipalidad hasta jubilarse, cosechando muchos amigos con quienes jugaba al fútbol con enorme pasión.
Con el correr de los años, llegaron los nietos y bisnietos, a quienes amó intensamente. Toda la familia lo recordará con mucho cariño.
OSCAR ROBERTO ALVAREZ
Oscar Roberto Alvarez falleció el pasado 3 de agosto, a la edad de 74 años. Desde muy chico aprendió el oficio de zapatero en la denominada zapatería La Movediza, que estaba ubicada en la equina de Mitre y General Rodríguez.
Luego se independizó, teniendo su propio taller en la avenida Rivadavia y Belgrano, donde también les enseñó el oficio a varios chicos del barrio, quienes hoy están apenados por su fallecimiento.
Trabajó sin descanso, siendo su vida un ejemplo de honestidad y amistad. Su pasión era coleccionar armas, las que le fueron sustraídas en su totalidad. Sus hermanos, cuñados y sobrinos lamentan su partida.
ANTONIO CIFARELLI
Antonio Cifarelli nació el 9 de septiembre de 1945 en la localidad rural de Egaña y falleció en Tandil, el pasado 2 de agosto.
Se desempeñaba en tareas rurales, era partícipe de fiestas criollas y en su juventud organizaba algunas de ellas en la ciudad de Las Flores.
Le encantaba bailar chamamé junto a su pareja, madre de una hija en común, quienes lo recuerdan, junto a sus amigos, hermanos y sobrinos por su devoción a Antonio Gauchito Gil, que por suerte había tenido la dicha de visitar su santuario en Corrientes.
Su familia quiere agradecer por este medio a quienes están presentes y los consuelan en este difícil momento.
Los restos de Antonio descansan en el Cementerio Municipal.
MARIA ROMEO VDA. DE CALVEYRA
El 7 de agosto, a los 79 años, partió de este mundo María Romeo viuda de Calveyra, quien había nacido el 2 de agosto de 1938 en San Lorenzo, provincia de Santa Fe.
Casada con Pedro Rafael Calveyra, formó su familia y tuvo a sus hijos Graciela, Luis, Cristina y José Calveyra y Claudio Romeo.
Fue una persona que luchó siempre para salir adelante con su familia unida.
Sus amados seres queridos la recordarán con los mejores valores, enseñanzas y ejemplos de una persona simple y sencilla que dejó grandes momentos en la vida.
ROQUE ALBINO GOMEZ
El 9 de agosto, a los 53 años, falleció Roque Albino Gómez. Sus restos descansan en el Cementerio Municipal.
Dedicatoria:
”Papi, cómo empezar a describir lo que se siente a unos días de no tenerte, fuiste un excelente padre, amigo compañero. Te fuiste muy pronto y joven de nuestras vidas, realmente hubiera deseado tenerte muchos años más, pero la vida te jugó la mala pasada de tener que enfrentarte a una enfermedad dura. Pusiste todas tus garras y fuerzas hasta último momento, pero Dios decidió que ya era demasiado sufrimiento para vos. Te dio paz y a su lado te llevó. Estos últimos dos meses fueron duros, pero a tu lado estuvimos siempre mami (Mónica), tus hijos Lucre, Santi y Caro, tu familia, tu mami Marta y tus hermanos. Disfrutaste y amaste mucho a tus nietos Luna, Alma y Lionel y ellos te recuerdan con muchísimo amor. Sé que el tiempo cura heridas, pero el vacío de no tenerte a mi lado será difícil de llenar. Gracias por cada consejo dado, por tu dedicación y cariño.
Te dedico esta canción llamada “Gloria a ti”, la cual escucho y pienso en vos siempre.
‘Tú serás mi luz, la que ilumina mi camino. La que piensa mucho en mí, la que me habla, me susurra a mi corazón, la que dirige mi sentido, mi forma de ser.
En mi mundo azul, donde yo canto, donde bailo, donde me iluminas tú.
Todos mis sueños te los mando y espero tu luz y no me sueltes de tu mano que no fallaré.
Y yo subiré a las estrellas cuando tú me llames y ahí te esperaré, toda la vida hasta mi muerte, y yo te veré, será mi gloria, mi destino y mi amanecer. Gloria a ti, gloria a mi vida. Ojos negros que me miran’.
Te amamos papi, ahora y siempre en nuestros corazones vivirás”.
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