Necrológicas
ALEJANDRINA EVANGELINA MOLINA “NINA”
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El 2 de junio, a los 87 años, se produjo el deceso de una respetada vecina tandilense, Alejandrina Evangelina Molina. Popularmente conocida como “Nina”.
Había nacido en Ayacucho, el 16 de abril de 1930.
Era la mayor de cinco hermanos, junto a quienes fue criada por sus padres en el campo.
Con el transcurrir de su vida fue cosechando varias amistades gracias a su buen carácter y buen humor.
Fue una mujer fuerte, humilde de corazón y muy trabajadora.
Tuvo una sola hija, quien le dio tres nietos.
“Nina” se caracterizó por ser una persona que siempre ayudó a su familia, a la que le brindó mucho amor.
Alegre y de buen corazón, su familia la recuerda con mucho cariño y felicidad, algo que supo cultivar a lo largo de toda su vida.
“Hoy su luz brilla en el Cielo, al resguardo de nuestra Madre María, en la casa de Dios”.
MIGUEL ANGEL GONZALEZ
De manera inesperada, el lunes 29 falleció Miguel Angel González, conocido familiarmente como “Nono” o “Abuelo”.
Había nacido en Urdampilleta, partido de Bolívar, hace 59 años.
De niño residió en Tandil con sus padres y estudió en la Escuela 21 y posteriormente en la de Comercio.
Miguel Angel González trabajó en farmacia, vendió maquinaria agrícola, taxista y –desde hace 25 años- remisero para la empresa Remís Tandil. En los últimos años solo realizaba viajes de larga distancia, destacándose por su idoneidad y cumplimiento con los pasajeros.
Hacía 26 años que estaba casado con Adriana Vélez. Con su esposa y familia compartió asados que realizada con placer y disfrutaba de los viajes por Argentina, Brasil, Uruguay, España e Italia.
Considerado amigo de sus amigos, ya lo extrañan en el café Mariano y La Vereda.
“Se adelantó en este viaje sin regreso, pero su recuerdo estará presente a cada momento.
Un agradecimiento por la humanidad de sus empleados a la empresa Crespo, Iacaruso y Santillán, y a todos los que lo acompañaron ese lunes”.
Adriana Vélez.
HECTOR LUIS AIELLO (CACHO)
A los 87 años, el pasado 25 de mayo se produjo el fallecimiento de Héctor Luis Aiello, conocido por el apodo de “Cacho”.
Nació en Tandil en el año 1930 y era un nieto de inmigrantes italianos que vivió buena parte de su juventud en la zona de calle 4 de Abril y Montevideo.
De joven aprendió junto a su padre el oficio de zapatero, quien le enseño además a elaborar calzado cuya producción realizó en pequeña escala.
En su juventud sus genes de músico lo impulsaron a aprender y ejecutar el acordeón, actuando con reconocidas orquestas locales de típica y jazz pertenecientes a la década del año 1960.
Luego la vida lo llevó a dedicarse a las tareas laborales relacionadas con la industria del cuero y transitó hasta su jubilación en la conocida Curtiembre de Tandil.
Paralelamente atendía con su anciano padre la zapatería, actividad que desempeñó hasta hace pocos años.
Tuvo un hijo del afecto y uno propio, y se casó formando una familia. La vida lo premió con nietos, bisnietos sobrinos y demás descendencia que alegraron su corazón.
La inclinación a la música en su juventud, la cultura de la dedicación al trabajo artesanal, la honestidad, el respeto por sus padres y el compañerismo con su hermano Norberto y la amistad, fueron valores que marcaron su trayectoria por la vida, que en su totalidad vivió en esta ciudad.
Dedicatoria
“Querido Cacho:
Tu familia, primos, amigos y conocidos sentimos con dolor tu partida, pero siempre te recordaremos con cariño y seguiremos tu ejemplo de obras buenas, porque vemos que Dios te premió por ellas, concediéndote largura de días, hasta llamarte cuando disfrutabas del sincero afecto de todos los que te aprecian”.
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