Omar Olivera respaldó a su equipo y desmintió las acusaciones por la muerte de un perro en Zoonosis
Acompañado por todo su equipo, el director de Bromatología, Omar Olivera, brindó ayer una conferencia de prensa para desmentir las acusaciones alzadas por las agrupaciones proteccionistas en torno a la muerte de “Rojo”, un perro que se encontraba en el predio de Zoonosis y que apareció sin vida en su canil.
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El funcionario calificó como “injustas” las críticas, especialmente respecto de lo que circuló en las redes sociales, que particularmente consideró “injurioso”. Como consecuencia, anunció que radicará una denuncia ante el Colegio de Veterinarios.
Lo dijo en presencia de representantes de distintas agrupaciones protectoras de animales, quienes se acercaron hasta la sala de prensa municipal para escucharlo y conocer de primera mano qué respondería ante la situación denunciada.
Desde el área, la médica veterinaria Graciela Saliani leyó, en primer lugar, un comunicado en nombre de todos los trabajadores de la Dirección de Bromatología, en el que manifestaron su repudio y solidaridad con los profesionales y personal del área de Zoonosis ante los dichos vertidos por integrantes de asociaciones proteccionistas en medios gráficos y redes sociales.
“Dadas las versiones especulativas, falaces y malintencionadas acerca de los hechos ocurridos en el predio del área, queremos expresar que consideramos sumamente irresponsable por su parte verter opiniones públicas, sin debido fundamento y sin haberse interiorizado correctamente de lo acontecido, poniendo en tela de juicio la idoneidad y profesionalismo de nuestros compañeros”, afirmó.
“No merecemos
este trato”
Por su parte, en una extensa alocución, Olivera respondió cada una de las acusaciones vertidas por las organizaciones, apuntando a que “se ha puesto en duda la honorabilidad de mucha gente de la Dirección de Bromatología, la profesionalidad de su personal y no merecemos haber sufrido este trato”.
En primer lugar, aclaró que la comisión permanente Copecos está conformada por él y por distintos actores, entre los que se encuentran también representantes de las agrupaciones proteccionistas, con quienes trabajan distintos temas vinculados a la tenencia responsable y el cuidado de los animales.
Consideró entonces que “es un poco raro” que en vez de tratar estos temas en ese ámbito, “se salga a los medios”.
Por otro lado, defendió que el empleado de Zoonosis que se encontraba aquel domingo a cargo de los animales saliera de vacaciones un día después del episodio ocurrido en el predio. “Salió de vacaciones porque se las merecía y las había pedido con anterioridad. Estoy hablando de Jorge Vega, a quien se lo acusó con nombre y apellido. Esa fue la primera versión mal intencionada”, afirmó.
Las circunstancias
Puntualmente sobre lo acontecido con “Rojo”, el director de Bromatología contó que “un perro se escapó de su canil, logró llegar a otro para pelearse y el cuidador los encontró a los dos sueltos. Ante la intervención, cada animal se dirigió a su canil, sin necesidad de agarrarlos. Ambos comieron luego y quedaron en perfectas condiciones.
Ninguno tenía lesiones de gravedad. El más lesionado era el perro atacante, que creo que lo denominan `Chimu´ y `Rojo´ tenía dos heridas muy pequeñas que están en el informe del profesional. No había nada grave como para decir que hubo una negligencia”.
El funcionario señaló que al día siguiente, el otro cuidador lo encontró muerto dentro del canil. “Un profesional lo revisó, hizo todas las maniobras y revisaciones y elevó su informe, que me lo entregaron a mí y nosotros hicimos llegar una copia al coordinador de Copecos”, detalló, y advirtió que “nadie pudo determinar que el perro murió por la pelea”.
Las causas
de la muerte
Tras una extensa descripción de los acontecimientos, en la que Olivera se negó a responder preguntas de las proteccionistas presentes, afirmó que es “una falacia total decir que nosotros lo dejamos morir”.
Luego de varios puntos de exposición, se refirió a las causas de la muerte del animal y descartó que haya sido por hipotermia. “No sé porqué hablan de hipotermia”, sostuvo, al tiempo que refutó que “le hayamos dado una dosis de calmantes muy alta”.
Explicó que “hay un tema que se denomina shock neurogénico, que también lo pueden sufrir los humanos, en el que todos los órganos internos se quedan sin sangre y se va todo a la periferia. Eso produce primero una hipertermia y posteriormente una hipotermia. Hay varias causas por las que puede producirse este shock. Una puede ser una gran descarga adrenalínica, que en los animales es la hormona de la defensa; y otra una causa natural”.
“Se determinó que fue por un paro cardiorrespiratorio, pero no hay un tema que indique que la muerte se produjo como consecuencia de la pelea de los perros”, insistió.
La denuncia
Por último, el director de Bromatología lamentó que “hubo gente que, ocultándose en cierta forma en las redes sociales, arrancó tratándonos de corruptos, asesinos, personas oscuras, profesionales sin ética y de doble moral. Quiero decir que acudimos al Colegio de Veterinarios, pedimos el apoyo y vamos a realizar una denuncia con intervención de sus abogados para dilucidar estas cosas”.
Desde el área que conduce, aseguró que nunca le han faltado el respeto a nadie y siempre han sido agredidos en menor o mayor medida, pero consideró que “ya ha llegado un momento en que la agresión pasó de castaño a oscuro”.
Antes del cierre, tras los dichos de los proteccionistas sobre la total rehabilitación del perro que apareció muerto en su canil, Olivera mostró una foto de un niño con su rostro destrozado tras haber sido atacado por él.
“Esto fue lo que hizo `Rojo´ en su momento, le bajó la cara a un chico. El animal estaba desde mayo de 2016 en el predio trabajando con comportamiento animal. Dicen que estaba para ser entregado. Invito a cualquiera de ustedes que tenga chiquitos a que se lo lleve a la casa. ¿Cómo puede estar rehabilitado si este animal en 14 meses no vio a un chico? Entonces, no puede estarlo”, concluyó.
“Siempre obramos de buena
fe y nunca escondiendo nada”
Por su parte, el coordinador del predio de Zoonosis, Pablo Noya, señaló que se empezó a trabajar en conjunto, nucleados siempre por Copecos, y en todo momento a los proteccionistas se les dio “total libertad” para que pudieran trabajar.
“Siempre obramos de buena fe y nunca escondiendo nada. Por eso, lo que más duele de todo esto es que hayan salido con los tapones de punta sin ninguna razón. Nos juntamos todos los meses y ni siquiera pidieron una reunión extraordinaria. Salieron a los medios y a decir mentiras”, enfatizó.
“El perro se murió, no hay mucho más para hacer, pero ¿por qué todo lo demás? ¿Por qué eso empezó a acarrear otras cosas?”, cuestionó Noya.
Dolido entonces por lo sucedido, planteó que si las proteccionistas veían que las cosas se estaban haciendo mal, por qué no lo manifestaron antes. Y culminó diciendo que la idea desde un principio era comenzar a trabajar en conjunto para “sumar y no para restar”.
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