La Asociación de Educadores Jubilados y Retirados abrió su sede, tras 68 años de actividad
En la fría tarde de ayer, la filial Tandil de la Asociación de Educadores Jubilados y Retirados de la Provincia de Buenos Aires inauguró su sede social, ubicada en Garibaldi 1038. Tras más de seis décadas de actividad, la entidad logró un espacio propio a partir de la donación efectuada por las hermanas Celia y Nélida Guarnieri, quienes en vida expresaron su voluntad de ceder la propiedad.
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El acto fue encabezado por la vicepresidenta de la institución María Rosa Ruda -la presidenta Rita Pantuza tuvo un inconveniente personal- y el vicepresidente de la sede central Carlos Méndez, además de integrantes de la comisión directiva y gran cantidad de maestros y profesores que participaron del agasajo. En representación del Municipio asistió la directora de Cultura Irina Taraborelli.
En el patio de la hermosa casona se ubicó la Banda Municipal de Música, que animó el encuentro con su nutrido repertorio. En tanto, en las dependencias internas con ventanas robustas, un enorme paño fijo de hierro con vidrios de colores, pisos calcáreos y de pinotea, decenas de docentes jubilados acompañaron el acontecimiento.
A partir de ahora, la sede será utilizada para dictar los talleres que ofrece la institución, pero también para las reuniones sociales que organizan con fines recreativos y con el objetivo de compartir gratos momentos entre pares.
Las actividades
“La filial Tandil funciona hace 68 años y la central, que tiene unos 70 años, está en Luján. Somos 52 filiales en toda la provincia de Buenos Aires. Nunca tuvimos sede. Generalmente asistíamos a distintos lugares, como la Casa de la Cultura de la Municipalidad”, contó la vicepresidenta María Rosa Ruda, que lleva cinco años en la comisión directiva, y aclaró que “ha pasado muy linda gente que ha trabajado”.
En ese sentido, explicó que reúnen a unas 265 socias, 16 integran la comisión directiva y trabajan subcomisiones que organizan distintas actividades, como el té del jubilado que lo realizan los 30 de julio y que este año tendrá lugar en la nueva sede.
En cuanto a la vivienda, indicó que “fue donada por las señoritas Guarnieri, que fue algo maravilloso, porque la casa es hermosa, tiene sus años pero vamos a tener que seguir manteniéndola”.
Las hermanas Guarnieri dejaron un testamento, y hace un mes y medio falleció una de ellas, entonces sus amigas Coti y Rita se encargaron de desocupar las dependencias, repartir los muebles y pertenencias, aunque quedaron algunos elementos que conservarán en la propiedad.
En cuanto a las propuestas que van a desarrollar, María Rosa Ruda adelantó que “estamos proyectando hacer una biblioteca y las hermanas Guarnieri nos dejaron libros, también con algunas donaciones que vamos a recibir. Vamos a hacer algún té canasta, reuniones de amigas, compartir los domingos que a veces son un poco feos para las jubiladas”.
Además, a lo largo del año desarrollan distintos talleres sobre distintas temáticas que hoy funcionan en el centro de referencia de adultos mayores del Municipio, ubicado en Las Heras 1150. En tanto, planean para 2018 poder trasladar todo a la flamante sede. En principio, ya definieron que la exposición de pinturas, esculturas y fotografías de las socias, que la realizan en octubre, se mudará a la casona.
Las mujeres que participan son de edades diversas, ya que muchas se jubilan a los 50 años y se suman a la asociación para contar con un espacio de socialización, pero además asisten maestras que tienen más de 80 años.
En las reuniones la educación no es el tema central. Tal vez surge alguna anécdota o se habla de un tema puntual que haya impactado en la comunidad. Por el contrario, realizan tareas solidarias, reúnen donaciones y se preocupan por otras cuestiones de interés social.
En cuanto a la financiación, las maestras y docentes jubiladas pagan una cuota social de 10 pesos que les descuentan directamente en la liquidación de sus haberes, pero además reciben un porcentaje de la comisión central.
El reconocimiento
En el acto, el vicepresidente de la comisión central de la Asociación de Educadores Jubilados y Retirados de la Provincia de Buenos Aires, Carlos Méndez, agradeció a las hermanas Guarnieri que “se despojaron de una propiedad para dársela a la asociación”, como así también a las docentes que actuaron como intermediarias y trabajaron para poner a punto la sede.
“Quisiera que esta casa se transforme en un lugar de encuentro, de trabajo y de ayuda, porque si no la asociación no tiene ningún sentido, el juntarnos para tomar un té o a hacer un brindis, si no hacemos eso que llevamos en el corazón que es el ser docentes y seguir dando lo mejor que tenemos a los demás”, resaltó.
Por último, el dirigente les encargó que los dos primeros salones se bauticen como Celia y Nélida Guarnieri, y que otro espacio se llame “docente argentino, porque somos todos docentes argentinos”.
Educar en
los valores
Por último, la directora Irina Taraborelli transmitió los saludos y felicitaciones del intendente Miguel Lunghi y de la subsecretaria de Cultura y Educación Natalia Correa para “esta gran comunidad”.
Sumado a eso, destacó que hoy muchas instituciones educativas y culturales no tienen su espacio físico. “Hoy todos estamos acá gracias a un gran acto de generosidad, y esta es una asociación de educadores que, más allá de lo que uno haya desempeñado como disciplina en otras instituciones educativas, qué importancia tiene educar en los valores”, dijo y remarcó que la sede conservará ese espíritu encarnado en las benefactoras.
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