El sector privado de la sanidad brinda empleo formal a unas 1400 personas en esta ciudad
En el Día del Trabajador de la Sanidad, desde la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA) confirmaron que en Tandil cuentan con unos 1400 afiliados que están empleados en distintos centros privados. Con respecto a las problemáticas del sector, la integrante del consejo directivo de la filial de La Plata y referente a cargo de la delegación local, Adriana Jones, manifestó preocupación por la situación de los geriátricos y afirmó que la mitad no cuenta con habilitación.
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Por otra parte, a nivel general, se mostró satisfecha con la realidad de las clínicas con y sin internación, al tiempo que elogió el cumplimiento de los laboratorios y centros de diagnóstico por imágenes de la ciudad.
ATSA nuclea a los trabajadores de la salud que se desempeñan en clínicas con y sin internación, laboratorios de análisis clínicos y veterinarios, centros médicos, geriátricos, emergencias médicas, medicina domiciliaria, etc., es decir, a enfermeros, técnicos, mucamas y secretarios. En Tandil, cuenta con 1400 afiliados que desempeñan tareas en el ámbito privado.
La filial está en La Plata y abarca a 45 partidos de la provincia de Buenos Aires. El secretario general es Pedro Borgini, quien además administra la obra social gremial OPSA y fue electo secretario de Finanzas a nivel nacional de la Fatsa (Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Salud), como integrante de la gestión que encabeza Héctor Daer.
La capacitación,
una impronta
Adriana Jones remarcó que la misión del secretario general es reforzar la capacitación frente a la demanda de trabajadores y al recambio generacional que se produce en la actividad, actividad a la que destinan los aportes de los afiliados. “Hoy no se logra tener la cantidad de profesionales, por ejemplo enfermeros, que se necesitan en la provincia”, destacó.
“El afiliado formado es el que va a tener la posibilidad de un mejor trabajo. Hay demanda. En este momento, tenemos en nuestro gremio, en Rodríguez 145, a treinta personas en el Curso de Cuidador Domiciliario”, informó y detalló que lo desarrollan junto a la Fundación Docencia e Investigación para la Salud de la Fatsa y al Ministerio de Trabajo de la Nación que avala la capacitación. Tiene una duración de diez meses con talleres en ambos cuatrimestres, evaluaciones y título con matrícula a nivel nacional que los habilita para trabajar en empresas o para las obras sociales.
“El nivel que le queremos dar son esos conocimientos que tal vez tienen empíricamente, porque algunos trabajan y otros no. Lo bueno de esto es que fue abierto a la comunidad, no solo para el trabajador de la sanidad”, enfatizó.
Cabe destacar que la medicina avanza hacia el campo de la internación domiciliaria. “La OMS (Organización Mundial de la Salud) ya está diciendo que el promedio de vida aumentó y que hoy en día está naciendo quien va a vivir 140 años. Va a haber una gran demanda con todo esto y se tienen que preparar”, insistió.
Con respecto a la matrícula, sostuvo que “hay un espectro de edad de gente que se ha quedado sin empleo, que está entre los 35 y 45 años, los 50 inclusive” y afirmó que “tenemos buen diálogo con el ministerio, que supervisa las clases y nos provee si necesitamos algo”.
Los geriátricos, los
más conflictivos
En relación a la capacitación y las tareas diferenciadas que deben cumplir el auxiliar de enfermería y el licenciado de acuerdo con la ley vigente, Adriana Jones -quien lleva cuatro años al frente de ATSA Tandil- indicó que los centros de internación cuentan con profesionales.
Advirtió que en algunas cosas no se cumple “lamentablemente, porque está en juego la vida de un paciente” y evaluó que las entidades más complicadas son los geriátricos, donde “es mucho más difícil esa situación”.
En este sentido, insistió con la capacitación y afirmó que el enfermero que se forma con un título, como el licenciado, consigue un mejor trabajo, además del reconocimiento salarial a través de los convenios del sindicato.
Por otra parte, indicó que “hay lugares que no están declarados, que están trabajando de manera irregular, más que nada geriátricos” y confirmó que desde ATSA están desarrollando inspecciones con el objetivo de que se pongan en regla.
En este aspecto, sostuvo que el diálogo con las autoridades municipales “nos ha sido muy difícil” y, como ejemplo, indicó que “tenemos una capacitación donde podemos trabajar en conjunto con el Municipio, porque hicimos un curso de inspectores de geriátricos que duró todo el año. Ahí tuvimos un acercamiento, pero se hace muy difícil ahora llegar”.
Agregó que “vemos que los geriátricos están habilitados o que se tiene un registro que puede ser de 60 y en realidad, sabemos que es el doble la cantidad de establecimientos. Estamos haciendo las denuncias. Yo hago las inspecciones y los pedidos de audiencia a los ministerios de Trabajo de la Provincia y de la Nación”, como así también ante el área de Salud cuando comprueban que las condiciones de internación no son óptimas.
En cuanto a lo laboral, analizó que hay personas no declaradas tanto en los establecimientos habilitados como en los que no cuentan con permiso para funcionar. “Es terrible, teniendo en cuenta lo que ese afiliado puede llegar a lograr, no solo estar inserto dentro de lo que es la obra social, la ART, la capacitación, tener un sueldo que sea lo que le corresponde, porque es muy difícil eso. Es como que está instalado que no se cobre lo que se tiene que cobrar, es parte de una cultura de estas pymes”, sostuvo.
“Tiene que
estar todo
a la vista”
Por otra parte, atribuyó a las familias la necesidad de hacer un seguimiento sobre la atención de las personas internadas en geriátricos, teniendo en cuenta que a veces no hay enfermeros habilitados para ciertas prácticas y cuidados o para administrar la medicación.
“Los geriátricos deberían ser de puertas abiertas para los familiares. Algunos tienen horarios acotados a una o dos horas o una hora en la mañana y tres por la tarde, entonces debería ser de otro modo porque no hay nada que esconder, tiene que estar todo a la vista”, consideró.
Informó que cada quince días recibe apoyo de La Plata para realizar un rastreo de los establecimientos, y aguardan llevar esos registros a la Municipalidad. “Encontramos lugares donde en una cuadra tenemos tres geriátricos, algunos con cartel y otros no”, describió al definir que la mitad no cuenta con habilitación.
Adriana Jones aclaró que el espíritu de las inspecciones es regularizar y mejorar las condiciones, no el cierre que redundaría en menos fuentes de empleo para los afiliados. “Se busca que se pongan en regla. Yo en este momento estoy con cuatro lugares, tratando de que normalicen la situación”, dijo y lamentó que en muchos establecimientos hay profesionales médicos a cargo.
La profesión
Con respecto a las particularidades del sector, expresó que trabajar en salud “es sacrificado. Independientemente de la vocación que uno pueda tener por la atención de la otra persona, uno corre muchos riesgos, deja muchas cosas. Sabemos que hoy en día hay mucha patología infectocontagiosa, también las urgencias o emergencias, está en cada uno”.
Agregó que el sacrificio lo hacen cuando no están en los cumpleaños de sus hijos, tampoco en las fiestas y se pierden muchos momentos de la vida familiar mientras se encuentran en las guardias o en los centros de internación.
Como mensaje a los trabajadores, transmitió la reflexión del secretario general Pedro Borgini, quien destacó que “la capacitación es el mejor presente y ayuda a construir el futuro del trabajo”, por lo que aconsejó formarse y prepararse para poder superarse.
El sindicato
A nivel local, la afiliación a ATSA es alta debido a los beneficios que le otorga a los trabajadores, ya que funciona como coseguro en la obra social, pero además ofrece una asignación por nacimiento y el ajuar, la luna de miel gratis, festeja el Día del Niño en el cine con un estreno, entre muchos otros.
Todas estas cuestiones llevaron a que durante el primer año de la gestión de Adriana Jones se afiliarán al sindicato 292 trabajadores y luego se mantuvo la tendencia, hasta hoy que alcanzan los 1400 entre los que ingresan y los que se jubilan. La delegación de ATSA está ubicada en Rodríguez 145 y atiende de 8 a 16.
El observatorio nacional
A nivel nacional, Fatsa creó Osinsa (Observatorio Sindical de la Salud Argentina), el primer y único observatorio que procesa las estadísticas del sector a nivel nacional. Entre los datos que difundió el ente, determinó que hoy unas 2500 personas se capacitan en el cuidado domiciliario en 41 sedes de Fatsa.
Por otra parte, informó que hay 40 mil trabajadores de la sanidad en todo el país que se dedican a la tarea de atención domiciliaria.
En relación a la formación de enfermeros universitarios, están cursando 90 integrantes de los pueblos originarios de Tucumán y Chaco que podrán ejercer la profesión en sus comunidades. Cuentan con becas tanto académicas, de alojamiento y viáticos.
Por otra parte, Osinsa determinó que en Argentina faltan más de cien mil enfermeros profesionales y la relación es de cuatro médicos por cada un enfermero. Todos los años, el 14 por ciento de los trabajadores se retira, y se pierden 70 mil personas capacitadas.
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