Pasa por el diván Florencia Ibáñez
-Hemos venido a intentar dilucidar porqué te gusta tanto Tandil.
-¿Tandil? Porque la amo desde el día que la vi y me pareció una de las ciudades más lindas que he conocido. Además está un paso adelante en calidad de vida, es de vanguardia en el país.
-Pareciera extraño que una de las locutoras más exitosas focalice en el interior. Siempre hablás de que hay que hacer las cosas a un ritmo más pausado; ¿tenés una explicación?
-Le escapo a la velocidad, no me interesa. Será que estoy harta de las poses, de lo ficticio, de lo ‘canchero’.
-Pero el éxito en radio hoy pasa exclusivamente por lograr un ritmo frenético.
-Que a mí no me interesa. Es un signo de estos tiempos, que empezó allá en los ‘90 con el zapping, el ‘todo tiene que ser ya’, la exacerbación de lo frívolo. Y yo no tengo nada de ganas de transar con eso.
-El vértigo arrasa y todo el mundo se prende. Salvo, y acá entrás vos, en el interior.
-Yo creo que son etapas, no va a ser para siempre. Tampoco hablo de una radio súper lenta, pero sí al ritmo del alma de las personas, del pensamiento. Mirá: en todas las cosas de la vida hay que crear un clima, porque si no, no se disfruta ni se asimilan los conceptos; ¿correr?, ¿el ‘minuto a minuto’?, me parece una pavada.
-En tu querida Tandil no pocos admiran los programas capitalinos súper dinámicos y critican a los conductores del interior, ¿sabés por qué?, por lentos….
-¿Te digo la verdad?, ¿sin vueltas? ¡A mí me encanta el locutor del interior! Prefiero un locutor sin carnet a que las empresas no contraten locutores -como sucede- o que, para pagarle al ‘estrella’, ajusten por los más débiles. Además, el locutor del interior aunque sea amateur, si se apasiona, con el tiempo se perfecciona.
-¿Por qué te distanciaste de Rolando Hanglin?
-En su momento no pudo digerir que yo no lo acompañara a Radio 10, y lo entendí. No sé si estuve bien, pero algún día había que cortar el cordón.
-Cómo diría Lani: ¿qué aprendiste de él?
-Algo que sostenía Castelo, el abc de la radio: más que saber hablar, hay que saber escuchar. Es una maravilla la capacidad de Rolando para escuchar y manejar los tiempos radiales, esa cosa, justamente, más lenta. El adora la tranquilidad, la lentitud, cero agresión. Y eso yo lo atesoré.
-Un poco la contracara de la Negra Vernaci, ¿no te quedaste con las ganas de ser como ella?
-Me encanta, la adoro, ¡es tan difícil encontrar una mujer que diga cinco malas palabras y quede bien! ¿Sabés cuál es su secreto? Que es fiel a sí misma. A veces pienso que me gustaría ser diferente, digo: ‘Uy, ¿y si fuera más arremetedora?’ o hiciera entrevistas políticas, más picantes animándome a chicanear, ¡pero no me sale! Soy recontra ‘paz y amor’, siento que no quiero lastimar a nadie.
-Bueno, con “peace & love” tampoco te fue mal: Martín Fierro 2103, y muchos otros premios.
-Es como te dije de la Negra Vernaci: si gané premios es porque también tuve la oportunidad de ser yo misma. Y gracias a Dios encontré un Hanglin, al que le gusté así, porque no era fácil, en esa época ya salían a buscar locutoras que se rieran fuerte. Todos me decían ‘reíte como la Feudale’ y a mí no me salía.
-La fama con Rolando Hanglin, la continuidad con Víctor Hugo Morales. ¿Suerte?, ¿destino?
-Ida y vuelta: si uno pone una energía y visualiza ciertas cosas, cosecha ahí.
-¿Te molesta que se siga hablando del ‘pelito mojado’ y de los ratones masculinos por tu voz sensual?
-¡Me encanta! Soy una agradecida. Para mí es ‘la’ felicidad ser aquel personaje y que al día de hoy a los oyentes aún les salga decirme ‘Flor, dedicame un pelito mojado’.
-Aunque te deje encasillada.
-Algunos se quedan en eso. Y me encanta lo de la sensualidad, pero no creí tener una voz seductora ni lo tomo muy en serio. El que se acostumbró a escucharme sabe que a lo mejor tengo algo más para ofrecer.
-¿Por ejemplo?
-Tratar de poner mi cuota en los pequeños grandes temas del mundo que son la calidad de vida o contar lo lindo que es Tandil, los perros y muchos temas que tienen que ver con Rolando: el amor y esas cosas.
-Te identificarás con Tandil porque somos ‘charrúas’ allá: amamos los Beatles, la siesta, la nostalgia…
-Absolutamente. Yo acepto lo nuevo pero no logro olvidarme de lo anterior. Mirá lo que son las cosas: antes que llegaras pensaba: ‘Qué suerte tuve de haber podido vivir la época de Serú Girán, Almendra…’.
-¿Y si te dijeran que amás Tandil pero vas exclusivamente por cuestiones contractuales?
-Les diría que generalmente no voy a ningún lado si no es por trabajo, ¡pero a Tandil iría locamente! Sobre todo por gente, por gente que quiero mucho en serio. No sé cómo hacer para que me crean que no es compromiso, ni contratos, ni que nada. Tandil es soñado, no es una cuestión de contrato, es una belleza. u
Recibí las noticias en tu email
……secundaria…………..
¿Y dónde está la grieta?
Además de su programa los domingos por la mañana en Continental (“A vivir”) Florencia, sobrina del célebre Pancho Ibáñez, es la voz que acompaña todos los días a Víctor Hugo Morales, del que habla tantas maravillas como de sus amados Beatles que sobrevuelan por toda la casa del barrio de Caballito.
Allí reina un sesentismo de amor y paz que dosifica tensiones hasta en lo que respecta a la visión de la actualidad nacional, porque para “Flopy” no existe la famosa grieta entre K y anti K sino algo “que siempre estuvo en una sociedad apasionada, que en vez de debatir tranquila se desespera por querer que el otro piense como uno. Si ahora se notó la grieta -sostiene- es porque hacía mucho no surgía esta pasión por imponer cierta manera de ver la vida, pero no creo que haya sido generada por el odio”.
-¿Por qué lo querés tanto a Víctor Hugo?
-Porque es un ser humano fuera de lo común. Tiene una cosa muy fuerte con los más débiles. Cuando se abre el micrófono saca todo lo que él tiene para decir de lo que siente del mundo y las injusticias y cuando se apaga muestra un costado mucho más sensible, compasivo, de buena persona.
Hay cosas de él que para mí son hallazgos increíbles. Por ejemplo: a la radio todos los días vienen un montón de músicos a los que las discográficas no les dan importancia, entonces él toma todos los CDs y los escucha, uno por uno. Al otro día me dice: ‘Marcá el tema 4 que es el que vamos a pasar, de esta chica que me trajo el CD, así tal vez se pone contenta ella, su familia’.
Y es tan respetuoso con ese talento que a nosotros nos dice ‘está bien, pongan a Los Beatles, pero al pasar, los temas principales tienen que ser de gente no conocida’. Y también se preocupa porque todos cobremos más o menos a tiempo. Es más: si alguno está cobrando menos, él lo termina ayudando, como sea. u
/////////secundaria/////////////////
Mejor que en Rodizio
Aunque todos los días hace las veces de partenaire de Víctor Hugo Morales y su férrea defensa del modelo K, Florencia Ibáñez no tiene partidismos a la hora de hablar de Tandil y su gente: hay para todos los gustos y partidos. Si en algo es fundamentalista solamente lo es de la gastronomía serrana, sobre todo en el rubro parrillas.
“Si tengo que nombrar amigos empiezo por Franco Cabrera, pero son muchísimos; está Luis Cerone y Susana, su esposa, que es una maravilla, Ariel Bardisa, Sebastián Bedascarrasburre, el ‘Topo’ Alejandro Rodríguez, Claudio Andiarena, Teresita Inza y el mismo Lunghi, para mí son todos gente de primera, a la que quiero mucho de verdad. Me acuerdo de Tandil y te digo que quiero hasta los perros de Cerone, ‘Rocco’, por ejemplo, que es divino.
Yo soy una convencida de que allá se vive mucho mejor porque tienen mejor calidad de vida y además de la belleza estética Tandil tiene calidad humana y una gastronomía que para mí es excelente, mejor que en Buenos Aires, sobre todo en parrilla”, aseguró.
-Hablás como si fuera Rodizio…
-¡Es mejor que Rodizio! ¿Rodizio? ¿Que te dan siempre las mismas ensaladas ésas, de memoria? Por favor, ni onda tienen y ahí en Tandil le ponen toda la onda. Me quedo toda la vida con la parrilla de Franco. u