Jugar al ajedrez previene el deterioro cognitivo
"Por tratarse de una práctica que contiene componentes lúdicos, pero también científicos y artísticos, el ajedrez es un recurso óptimo para el aprendizaje y la `estimulación cerebral`, no sólo en el adulto mayor sino a cualquier edad", aseguró Miguel Pagano, jefe del Servicio de Neurología del Hospital Fernández.
Este especialista de ese centro de salud porteño investiga desde hace tiempo, junto a Arturo Famulari, los efectos neurológicos de practicar este juego.
A nivel científico, ambos explicaron que los beneficios se deben a que jugar al ajedrez produce un incremento de lo que se denomina reserva funcional, es decir, una mayor cantidad de neuronas activadas que se conectan entre sí, más y mejor.
Cuando el envejecimiento arrecia o la patología ataca, una cosa es tener mil neuronas con sus conexiones activas y otra cosa es tener diez mil, señalaron.
En este sentido, el maestro de ajedrez Oscar Cuasnicú, quien organizó junto a ambos las jornadas "Cerebro y Ajedrez", sentenció que "las personas van elaborando plantillas, opciones de jugadas, y esto si bien al principio no es eficaz para ganar el juego, permite activar otras zonas del cerebro".
Maestro de ajedrez desde su adolescencia, Cuasnicú explicó que "la creación de nuevas neuronas y redes neuronales, es decir, la regeneración de células de la reserva cognitiva, puede ser útil para cuando algún otro sector del cerebro falle".
Los neurólogos aclararon que asociar al deterioro cognitivo con el envejecimiento es un error, porque aunque en el envejecimiento los rendimientos cognitivos se modifican, no todo es pérdida.
"Algunas funciones, como por ejemplo la capacidad de incorporar nueva información, disminuyen su eficacia. Pero otras, como la capacidad de utilizar la información previamente adquirida, mejoran sustancialmente", sentenció Famulari.
Sí hay enfermedades que más frecuentemente producen deterioro cognitivo en el adulto mayor, como el alzheimer, la demencia vascular, la enfermedad por inclusión de cuerpos de lewy, las demencias frontotemporales, el parkinson, la corea de huntington, explicaron.
Además remarcaron que hay alteraciones cognitivas que se producen por causas que, diagnosticadas y tratadas rápidamente, vuelven al paciente a la normalidad, como la depresión.
Luego precisaron que no se puede decir que los ajedrecistas no van a padecer estas patologías, pero en caso de tenerlas los síntomas serían menos virulentos o bien aparecerían más tarde y hasta podrían no manifestarse.
Más allá de sus efectos terapéuticos, Cuasnicú identifica en este juego un idioma propio "capaz de unir todas las condiciones humanas independientemente de sus culturas, religiones o realidades socioeconómicas".
"¿Qué es el lenguaje sino una forma de establecer semánticas compartidas?", cuestionó Cuasnicú, uno de los que adaptó el juego de ajedrez para ciegos, formato que todavía se utiliza.
Este ajedrecista comenzó la escuela primaria a los cuatro años y el secundario a los diez -cuando salió a trabajar tras la muerte de su padre- y a los 16 aprendió a jugar ajedrez y ese año ganó los campeonatos en los que participó y se convirtió en maestro.
Convencido de las ventajas neurológicas que ese juego proporciona desde muy joven, a partir de que organizó las jornadas de "Cerebro y Ajedrez" con Famulari y Pagano quiso extender las bondades de su práctica en forma concreta a los adultos mayores.
"Me acerqué en 2009 a Pami y ellos aceptaron mi propuesta en forma inmediata. Nos llevó unos meses armar el programa, al que bautizamos "Agilmente", y lo pusimos en funcionamiento antes del año. Hoy hay 200 centros de jubilados y más de 2.500 adultos que participan y seguramente serán muchos más", relató Cuasnicú.
Al resumir el espíritu del Programa, el maestro y actual coordinador del proyecto explicó que ágilmente "pretende mejorar la calidad de vida de los adultos mayores afiliados a través del aprendizaje del ajedrez como herramienta de estimulación cognitiva, promoviendo un espacio de socialización e integración".
"El 70% de la matrícula son mujeres -destacó- es que ellas pretenden más que los hombres mantener la mente ágil porque, aunque ellos digan que no, son más acomodaticios y aburridos que la mujer.
Uno encuentra más mujeres que hombres con inquietudes después de los 70".
Recibí las noticias en tu email
Este contenido no está abierto a comentarios