José Arcidiácono, pintor y grabador argentino
José Arcidiácono, pintor y grabador argentino, nacido en Buenos Aires en septiembre de 1910, estudió en la Escuela Nacional de Artes, en 1930, y en la Escuela Superior de Bellas Artes ?Ernesto de la Cárcova?, donde se recibió de profesor superior de pintura en 1939.
Becado por la Comisión Nacional de Cultura realizó estudios en el Norte argentino. Expuso sus obras en Argentina y el extranjero, y obtuvo numerosos premios y distinciones, entre ellos, el primer premio de pintura en el Salón Nacional de 1947; tercer premio en el XLLIX Salón Nacional de 1947; en el año 1960, por su óleo ?Niña porteña? .
Este excelente artista obtuvo una beca de la Comisión Nacional de Cultura. Casi al mismo tiempo efectuó una exposición individual en la sala II de la Galería Muller. Ya había procurado mostrarse en los conjuntos colectivos del Salón oficial ?donde obtuvo un premio estímulo? y en otros salones. El estudioso en él ha querido evidenciarse en la Escuela Superior de Bellas Artes ?Ernesto la Cárcova?, algunos de cuyos maestros le tenían una gran estima. Con todo, Arcidiácono era un valor en potencia… La capacidad de sentir, muy acentuada en él, se sobrepuso a sus medios expresivos. Cuando la emoción logra dar con el lenguaje comunicativo adecuado, toca Arcidiácono los límites de la poesía, la humilde poesía del suburbio portuense, de calles silenciosas, de aguas quietas y barcas, como dormidas en el silencio de un día gris. A veces, la figura humana, lejos de animar ese paisaje, contribuye a expresar lo estático de él, ya con una vagoneta detenida, ya con algunos caballos en reposo junto al carro inactivo. Esto es, o fue hasta hoy, la cuerda mejor timbrada de Arcidiácono. Pintó figuras, marinas, paisajes, naturalezas muertas, frutas, pescados, efectos de pleno sol, tardes otoñales; acudió a las vibraciones ardientes y a los otros opulentos. El colorista se extendió probándose en más de un problema de luz radiante. Nada de ello logró superar la dulce melancolía de algunas notas impregnadas de suave intimismo, cuyo matiz de espíritu le sitúa entre los pintores emotivos de nuestra contemporaneidad.*
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