Jorge Newbery celebra el centenario de su creación
Ante esta fecha tan significativa, Miguel Krüger, secretario y hermano del presidente Oscar, y Alfredo Sosa, actual vicepresidente, dialogaron con El Eco de Tandil:
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Sosa: –El club lleva ese nombre porque su fundación fue poco después del accidente en el que se mató el aviador Jorge Newbery. Ello ocurrió el 1 de marzo de 1914 y menos de dos meses más tarde se fundó la institución. El primer presidente fue Nicolás Petilo y en la fundación se firmó una cláusula que establece que, en caso de que el club deba cerrar por cualquier motivo, sus bienes serán donados al Hospital Ramón Santamarina. En 1919, Newbery fue uno de los clubes fundadores de la Liga Tandilense de Fútbol, ganando en primera división el título de ese año y el del siguiente. En sus primeros años, Newbery fue la parte deportiva del club Argentino, que era una entidad que apuntaba a lo social. En la crisis de 1931, a Newbery le remataron la cancha de fútbol, que estaba donde hoy se encuentra el pasaje con su nombre, la manzana delimitada por Alem, 9 de Julio, España y Garibaldi.
Krüger: –El club Argentino, para tener su parte deportiva, le prestaba a Newbery tanto una cancha como una sede. Hasta que llegó la crisis y Newbery se quedó sin nada.
-Luego de ello, el club tuvo diversos lugares físicos.
Sosa: –Claro, durante muchos años hubo una sede en 9 de Julio 760. Hasta que en 1948 compró donde está actualmente, en Rodríguez 1260.
Krüger: –Era un terreno, con una casa vieja, de a poco se fue adecuando. La mitad del terreno era un patio, en el que jugábamos cuando éramos chicos, y también había una cancha de bochas. El club ha tenido siempre la misma gente, con poca renovación, calculá que él (Sosa) estuvo en la organización de la fiesta de los 50 años, y ahora está en la del centenario. La sociedad ha cambiado tanto que ya no encontrás gente que se acerque al club a trabajar con la dinámica que había antes.
-¿Qué explicación le encuentra?
Krüger: –Los antiguos dirigentes o nuestros padres o abuelos a las 7 de la tarde dejaban de trabajar. Y el resto del día lo destinaban a otras actividades, entre las que estaba el club, la sociedad de fomento, la cooperadora o lo que fuese, e iban y lo hacían con ganas y ad honórem. Hoy, son las 9 de la noche y todavía estamos laburando.
-¿Cómo fue su primer acercamiento al club?
Sosa: –Cuando tenía 11 ó 12 años, fui a jugar al fútbol, vivía a cinco cuadras. Pasé por cuarta, tercera y llegué a primera. En 1964 comencé a integrar la comisión directiva, cuando el presidente era Diego Jurado. Pasé por distintos cargos, como secretario, tesorero y presidente.
Krüger: –Era un club integrado por toda gente del barrio. Recuerdo que cuando Estudiantes jugaba la Copa Libertadores todos íbamos a Newbery a verlo porque era el único televisor del barrio, e incluso no se veía del todo bien.
-Está claro que el fútbol de Tandil era otro en esas épocas.
Sosa: –Totalmente. Había muchos equipos, era el único deporte que se practicaba, las canchas se llenaban. Un Ferro-Santamarina explotaba, también estaban buenos los Newbery-Santamarina, no era un clásico pero sí un partido con tradición. El otro día con un amigo fuimos al museo y me permitieron ver un periódico de 1914, en el que está narrado un encuentro entre Santamarina y Newbery. En ese entonces, aún sin la Liga fundada, se jugaban amistosos.
-¿Actualmente por qué no practica fútbol la institución?
Sosa: –Es oneroso para el club y no hay gente para trabajar en eso. Por última vez tuvimos en 2009, en la B. Pero porque llegó un grupo de chicos con el proyecto armado, dispuestos a representar a la institución. Después, ellos se cansaron y se fueron.
-¿Cuántos socios tiene hoy Jorge Newbery?
Krüger: –Alrededor de 200. El club tiene la norma de que todo deportista debe asociarse, con una cuota muy accesible, de 30 pesos. Hoy, no tenemos deuda. Como actividades contamos con básquetbol para chicos, veteranos y damas, gimnasia, baby fútbol y un gimnasio de aparatos.
-¿Hoy qué objetivos se trazan?
Krüger: –La idea es buscar una renovación, encontrar gente que se acerque a trabajar en el club. Con lo “sucia” que está la sociedad a veces pensamos que el día que no estemos puede llegar gente al club que haga un desastre. Es bueno tener un cambio o al menos sumar gente, somos cuatro que estamos desde hace mucho tiempo, mi hermano Oscar, Carlos Adamoli y nosotros dos.
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