El defensor Kolbl advierte un “déficit muy grande” en el sistema carcelario provincial
En el marco de la 163ra. audiencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y la Defensoría Pública de Casación expusieron la grave crisis que atraviesa el sistema de encierro en la provincia de Buenos Aires. Al respecto, el defensor oficial Carlos Kolbl aseguró que el panorama es “bastante desalentador” y que la situación se ha agravado en los últimos meses.
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En diálogo con El Eco de Tandil, Carlos Kolbl denunció que hay “unos problemas terribles con las situaciones de encierro, hay una desatención marcada que va in crescendo por parte del Gobierno”.
Situación
crítica
En ese contexto, el abogado explicó que hace aproximadamente 10 días estuvo en la cárcel de Barker y observó cómo estaba la situación, donde se enteró de que hay varios inconvenientes. Por un lado, no hay medicación para los reclusos que están enfermos que, según indicó, son muchos.
Tampoco hay suficiente cantidad de colchones. Y puntualizó que “los colchones que se utilizan en las cárceles son ignífugos, que no se prenden fuego por el tema de los motines y ese tipo de problemas, y es muy fácil que un colchón de poliéster arda y puede producir un incendio que es muy difícil de contener”.
“Hago referencia al tema de los colchones porque los familiares no le pueden llevar un colchón a un preso. En este momento hay insuficiente cantidad de colchones, está faltando una importante cantidad y hay pibes que se están turnando para dormir en las camas”, graficó.
Otras carencias
“Ahora proveyeron un vehículo para transportar presos, pero teníamos que traer los pibes a Tandil y no podíamos, ni siquiera tenían vehículos para cumplir con las órdenes judiciales”, cuestionó.
También expuso la carencia que hay en cuanto a la provisión de alimentos, que “están supliéndolas como pueden. Si uno le pregunta a los directivos del servicio penitenciario, al director de la cárcel o los funcionarios que están a cargo dicen que están recibiendo comida; pero si uno le pregunta a los presos, dicen que están comiendo de lo que le dan los familiares. Hay escasez de comida, gente enferma hay bastante y no hay medicamentos”.
En tanto, explicó que “hace rato que no voy a Sierra Chica, pero en una de las cárceles había problemas de tuberculosis, infectados presos y personal del servicio penitenciario, y había problemas con la medicación. Eso me lo comentó gente de allá”.
Una situación
que se agrava
Si bien hace mucho tiempo que observa “carencias”, el doctor Kolbl admitió que la situación se “agravó últimamente”.
“Es progresivo, empiezan a faltar cosas, no hay reposición. A modo de ejemplo, los pabellones tienen baños, cada baño necesita termotanques de recuperación rápida. Por ejemplo, Barker, la más próxima que tenemos, está en un lugar donde la castigan mucho los vientos, es muy elevado, muy frío, la construcción no es precisamente térmica, para bañarse lo mínimo que le podés dar es agua caliente”, afirmó y recalcó que los artículos de higiene personal, como jabón, no son provistos.
Y agregó que “el otro día, cuando estuve, me contaron que están haciendo malabares entre los presos que saben de plomería y ese tipo de cosas y la gente del equipo penitenciario para hacer funcionar los termotanques viejos que tienen, no tienen suficiente agua caliente”.
“Un termotanque donde se baña cantidad de gente todos los días está sometido a un régimen intenso de trabajo. Ahora los están atando con alambre, pero literalmente están adaptando piezas de cosas rotas para que funcionen”, criticó.
“Es un problema
político”
Frente a ese panorama, sostuvo que “lo que se viene reclamando siempre y es un reclamo constante, son mayores recursos. La única manera de resolver la falta de colchones es proveyendo colchones”.
En tanto, manifestó que “ropa de cama y de abrigo se la tienen que llevar los familiares a los presos. Yo no sé cuánto hace que el servicio penitenciario no provee cobijas. Es un déficit muy grande”.
“Hace mucho tiempo que se viene denunciando. Es un deterioro del sistema y no se ve que haya recursos nuevos. Esto es un problema político porque tiene que ver con la asignación de recursos”, sostuvo.
Consideró además que algo que va a agravar esta situación son las modificaciones que buscan realizarle a la legislación para endurecer penas y el régimen excarcelatorio.
“El régimen de la progresividad de la salidas de un tipo que está preso responde al principio de que las cárceles son para educación y no para castigo, pero con la política que vienen llevando adelante quieren endurecer aún más el régimen excarcelatorio para que los presos estén más tiempo presos, quieren endurecer las penas pero no hay recursos. Así que el panorama es bastante desalentador”, concluyó.
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