Carta de lectores
Accidente por el mal estado de una vereda
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Señor Director:
Nuevo accidente por el mal estado de la vereda en la Técnica 5… Y el presidente del Consejo Escolar me pide paciencia. Esta vez le ocurrió a una docente de nuestra escuela. Fue en horas del turno vespertino, cuando intentaba ingresar para su desarrollar su labor, la profesora tropieza, cayendo abruptamente el suelo, con golpes en consecuencia. Esperemos que no sea grave, dado que tuvo lesiones en rodillas y muñeca. Estamos a la espera de los resultados médicos.
Es el tercer accidente en lo que va del año. Dos docentes y una madre que había asistido a la entrega de boletines de su hijo. El presidente del Consejo Escolar Cristian Cisneros me pide paciencia. Manifiesta que han dado respuestas a todas las demandas de nuestra escuela como una justificación de la no resolución del estado de la vereda y de sus deberes de funcionario público.
Voy a seguir insistiendo y manifestando abiertamente esta desidia que además de ser burocrática, está cargada de inoperancia en la gestión.
Debemos conocer el estado de situación de las escuelas, solo resuelven con ‘parches’ sin planificación de obra. Seguimos esperando el comedor escolar. Tienen más equipo técnico distrital. Visitan la escuela. Dicen lo que van a hacer. ¡Pero no resuelven!
¿A quién debo recurrir si no es a nuestros funcionarios públicos?
Mauricio Javier Salas
Director de la EEST 5
DNI 16.355.364
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Poner el ojo donde se debe
Señor Director:
Estimo es menester hacer pública esta cuestión personal. Tiene que ver con el caso de mi hermano mayor, de 80 años, a quien el 24 de junio le realizaron una colostomía en el Hospital Santamarina.
Tres días después le dieron el alta, pero al sábado siguiente lo tuve que llevar otra vez a la guardia: padecía una gran profusión de vómitos fecaloides.
Lamentablemente, no recuerdo el nombre del médico que lo receptó, pero también hizo honor -como el cirujano que lo intervino en forma primaria, el doctor Guillermo Pizzorno- al juramento hipocrático. Esto, obviamente, deja fuera de concepto cualquier otro análisis referente a los demás prestadores de servicios.
Luego, lo suben a una sala de cirugía, donde le comienzan a dar las prestaciones. Ya, al cuarto o quinto día, comenzaron a sugerirme que tenía que ir viendo la posibilidad de llevarlo a mi domicilio, de que le prestaran alguna internación domiciliaria, a lo cual respondí que PAMI las tenía prácticamente cortadas. A partir de ahí, mantuve algunas discrepancias con una médica, con respecto a que ella me sugería que ya mi hermano mayor estaba en condiciones de ser dado de alta. Entonces le dije que según mi apreciación, el tema de la atención de mi hermano no estaba resuelto, si bien entendía que en un área tan sensible como cirugía, con la demanda que había y la poca capacidad de oferta, era necesario liberar camas.
Pero, a mi modesto entender, debían continuar con el protocolo médico que implicaba derivarlo a otro piso de clínica médica donde se le pudieran realizar todos los estudios de los cuales, hasta ese momento, carecía. La médica me manifiesta, que en realidad un diagnóstico no sumaba ni restaba.
Pregunto, sino sumaba ni restaba, por qué la licenciada social de PAMI, Carolina Cano, me solicitó le entregue una planilla para que la doctora llene. La planilla se me entregó, a mi juicio, segmentada, porque carecía de explicaciones -por ejemplo- de la gravedad de una escara sangrante sobre el coxis, por donde, por falta de la higiene adecuada y de ruptura de la bolsa osmótica, volvía a ingresar materia fecal por otra vía, debilitando sus frágiles defensas.
Luego, hablé con el director del Hospital Municipal, Fernando Fernández, y le transmití mis preocupaciones. La principal era que mi hermano estaba mal pero que los médicos le querían dar el alta, poniendo todavía más en peligro su vida. Gracias a esta charla, mi hermano aún permanece internado en el Santamarina.
En paralelo, internaron a alguien que recién subían de cirugía, Esteban Corvalán, que compartió habitación con mi hermano. Lo habían intervenido con patología de apendicitis grave por el cuadro de peritonitis gangrenosa, según los manifiestos del cirujano en la explicación del diagnóstico a sus familiares. La expresión literal fue: “estaba todo podrido”.
Pregunto, a los eruditos en el tema, si la expresión literal significa lo que un neófito como yo interpreta. Traigo a colación el tema anterior porque la interacción ameritaba en alguna forma choques y estados emocionales complicados desde el punto de vista de la capacidad de interpretación de los familiares de Esteban.
En ese interregno, surge una de las discusiones que mantuve con la doctora antes referida. Esta se centraba en la resistencia que yo ofrecía a lo que creo era un intento de manipular mi decisión de que era mejor sacar a mi hermano del circuito de prestación del hospital.
Ella refiere tal expresión: “Conti, un caso de peritonitis no es gratis”. Yo le digo: “doctora, usted está hablando de la patología del paciente que está en la cama de enfrente. Pregunto: cuando uno toma guardia, debería al menos leer el libro de entrega de esa guardia? Entiendo que cualquiera puede equivocarse, pero el impacto que causa en el otro paciente que escucha todo y luego me pregunta, la esposa, qué quisieron decir, a mí me habían dicho que esto era gratis”. Obviamente, tuve que explicarle, a esta señora, la utilización metafórica de la expresión médica.
Como las emociones me atropellan, mientras esbozo estas líneas, me había olvidado contar que en el caso de la intervención a Esteban, obviaron realizar un drenaje. Esto lo dejo a consideración de algunos que tengan un conocimiento profundo del tema, más yo me arriesgo a una hipótesis. Basado en un análisis elemental, toda obstrucción, debe tener un canal de drenaje. ¿Será lo mismo en estos casos?
En el tintero, quedan unas cuantas cosas más. Entre esas, está la insensibilidad burocrática y algunas cuestiones más que no menciono para no herir probables susceptibilidades.
Jorge “Motoneta” Conti
DNI: 12.063.223
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Salutación desde Mendoza
Estimado Rogelio:
Diario Los Andes hace llegar a El Eco de Tandil un afectuoso saludo en tan significativa fecha. Hay una sola manera de entender cómo un medio centenario ha podido mantenerse a través del tiempo y esa situación se explica cuando se informa con la ética y el compromiso de un periodismo profesional e independiente. Nuestros lectores que saben del esfuerzo que representa dicho trabajo nos alientan y exigen para que sigamos defendiendo sus intereses que en definitiva representan sus necesidades.
En esta época donde la dinámica de los cambios tecnológicos hace que debamos tomar decisiones rápidas para adaptarnos a las nuevas maneras de informar lo debemos tomar como un nuevo desafío que seguramente sabremos sortear con éxito como en el pasado lo hemos sabido hacer.
Un fuerte abrazo para los colegas de El Eco de Tandil.
Raúl A. Flamarique
Presidente del diario Los Andes
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Salutación del PRO
Señor Director:
El precandidato a senador provincial Gonzalo Santamarina, los concejales Claudio Ersinger y Pablo Díaz Cisneros, en nombre de todo el equipo del PRO Tandil, quieren felicitar a El Eco Multimedios por un nuevo aniversario de su fundación, y desearles que continúen con la excelente labor que realizan día a día para mantener a la ciudad informada.
PRO Tandil
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