Antes, durante y después, de un recital: vandalismo
Señor Director:
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Los vecinos de avenida Dorrego, comprendida entre las calles avenida Avellaneda y Callao -que culmina en el Anfiteatro- nos vemos obligados a sufrir las consecuencias de estos eventos, cada vez que se realiza un recital o “concierto” de Rock (o músicas populares de similar convocatoria entre los jóvenes, especialmente). También aquí, el ritual incluye la “previa”.
Parece ser que los jóvenes de hoy en día, si no se estimulan con cerveza, vino o droga, no pueden disfrutar del espectáculo para el que se convocan.
Dos horas antes, del inicio, por lo menos, los vemos sentados en los cordones de las veredas, los escalones de las casas (sin pedir permiso alguno, desde ya, a nadie), dando gritos, fuertes palmadas y enérgicas consumiciones del alcohol de su preferencia.
Las veredas comienzan a llenarse de estos energúmenos, botellas de plástico o vidrio, papeles, envases y varios, vacíos. ¿El propio estado de los “usuarios”?
Lamentable, desde ya!
Muchos ni llegan a entrar a ver la presentación artística, para la que hicieron largas colas: están dormidos borrrachos o drogados, en cualquier parte de las aceras.
¿Personal municipal controlando algo? ¿Policías? Brillan por su ausencia! Sólo los encargados de las boleterías y quienes habilitan accesos al lugar del acto.
¿Cómo queda la avenida al día siguiente? Convertida en un verdadero desquicio de mugre de toda índole y de recipientes varios que si no nos encargamos de juntar y embolsar, los vecinos, perdurarían quién sabe hasta cuándo.
¿Por qué? Por desidia de las autoridades.Por mala educación de los concurrentes.
Estos últimos son los que “ensayaron” su forma de desenvolverse en la vida, insultando o hasta levantándoles la mano, a sus propios maestros. Porque las nuevas directivas en materia de educación, han venido permitiendo esto.
Una profesora no puede poner un dos (2), aunque el alumno no se haya presentado a la evaluación, ni al recuperatorio. Debe ponerle un cuatro (4) para que no se sienta “marginado”, aunque él mismo no demuestre interés alguno en… nada!
De modo que estos “ganadores” de tantos derechos -no conquistados de manera legítima- son en estos momentos los que los demás debemos sufrir en sus desbordes y alevosa indiferencia para con los derechos mínimos de tranquilidad y respeto a la propiedad, de los demás. Del resto de la sociedad.
Si por lo menos estos sitios “víctimas”, como terminan constituyéndose la avenida y calles aledañas, contaran con contenedores, a espacios regulares, que personal designado a esos efectos les obligase a usar, a estos “clientes”, se les estaría poniendo un límite correcto. ¿O no hay inspectores ni personal que pueda cumplir bien esta función? O acaso, tal vez, la Municipalidad no podría obligar a los organizadores en cada caso, a poner gente propia que lo haga. ¿Contenedores alquilados o como fuere, so pena de no dar su autorización?
¿Faltan siempre “recursos” para hacer las cosas, mejor, o faltan ideas para cumplir mejor cada organismo, cada secretaría, las disposiciones con mayor éxito y beneficio para todos?
Elisa Irene Piva
DNI 4.748.485
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Las “patas” en la fuente
Señor Director:
Con motivo de un acto, (anterior al similar del 18/11/16), realizado por la Asociación ATE, incluyendo docentes (estaba Baradel en el palco), hemos observado por TV actitudes de algunos exfuncionarios y partidarios del gobierno que terminó el 10/12/15, sumergiendo los pies en la fuente existente en la Plaza de Mayo, al parecer pretendiendo imitar a aquel acontecimiento inolvidable de muchos “descamisados”, que habían arribado a dicha Plaza con enorme cansancio por el largo trayecto hecho de a pie (no contrataron colectivos como ahora).
Los que estamos vivos podemos recordar y contar detalles de aquel movimiento masivo, durante todo el día y la noche del 17 de octubre del año 1945, ocasión en la cual el pueblo reclamaba fervorosamente la presencia del “Coronel” Perón en los balcones de la Casa de Gobierno, quien se encontraba detenido en la isla Martín García, según las versiones que circulaban en la multitud. La gente que exigía la presencia de su líder en la Plaza, espontáneamente se había puesto en marcha desde distintos puntos adyacentes a la Capital, tirándose a las vías del ferrocarril para obligar al apoyo con paralización total de actividades.
En aquel entonces yo contaba con solo 13 años de edad, terminando el primario, y ya sentía profunda emoción al escuchar los discursos del “Coronel”, pero como mis padres no tenían aparato de radio, me las arreglaba apoyando la oreja en un agujerito existente en la chapa que cubría una estructura de madera, de una vivienda humilde al lado del patio de mi casa, habitada por unos viejitos adorables que hacía tiempo habían llegado de la Italia, a quienes jamás olvidaré, abuelos de una familia muy apreciada en esta ciudad, de apellido Picardi.
Cuando se enteraron de “travesura”, enseguida me invitaron a su casa para escuchar cada vez que el “Coronel” hablara al país, en su campaña proselitista con miras a la primera presidencia, mediante el voto del 24/02/46.
Por eso me causó indignación la actitud de esa gente en la fuente de la Plaza, empañando la historia del glorioso 17 de octubre de 1945. ¡Claro!, como solían decir que la Plaza les “pertenecía”, podían hacer lo que querían.
Ismael Alfredo Fuentes
DNI 5.355.846
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Una decisión
cargada de furia
Señor Director:
La selección argentina de fútbol, finalizado su partido ante Colombia todos sus jugadores encabezados por su capitán Lionel Messi, decidieron en la sala de conferencias romper con los periodistas deportivos “hemos tomado la decisión de no hablar más con la prensa, dijo el capitán”.
La selección sacó una fotocopia a la del 98, que también había roto con la prensa, una actitud de “chicos enojados” sin fundamentos; ya que castigan por igual a justos por pecadores. Parece mentira que con los años en Europa muchos de ellos no hayan logrado la experiencia necesaria como para evitar tomar medidas que ya son una realidad en nuestro país, donde nuestra sociedad se bambolea sin encontrar el rumbo adecuado para acabar con la inseguridad, educación, corrupción, etc.
Ortega y Gasset nos pinta de cuerpo entero; quien viviera un tiempo en Recoleta hace muchos años decía de los argentinos: ¡No discutáis con ellos jamás! Los argentinos nacen con sabiduría inmanente. ¡Saben y opinan de todo! En una mesa de café y en programas de periodistas-políticos arreglan todo. Cuando los argentinos viajan, todo lo comparan con Buenos Aires. Hermanos ellos son “el pueblo elegido” por ellos mismos. Los argentinos tienen dos problemas para cada solución. Pero intuyen las soluciones a todo problema.
Cualquier argentino dirá que sabe cómo se debe pagar la deuda externa, enderezar a los militares, aconsejar al resto de América Latina, disminuir el hambre de Africa y enseñar economía en Estados Unidos. Yo agregaría oyen pero no escuchan. Ahora en el tema del momento, un ejército de periodistas y opinólogos atrevidos sale a opinar de Trump, siendo que ni viven en EE.UU., ni saben seriamente de qué se trata. Sería muy interesante que en nuestro país se diga “toda la verdad y nada más que la verdad”. Tal vez ese día la mayoría de los periodistas actuales se quedarían sin trabajo.
Omar Achear
DNI 4.837.415
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