Independiente tuvo reacción para ganarlo
Independiente derrotó ayer a Chacarita Juniors por 2-1, en atractivo encuentro jugado en San Martín, en la continuidad de la Superliga.
El equipo de Avellaneda, que ahora reúne 10 unidades en la clasificación, se sobrepuso a una desventaja inicial, sufrida cuando apenas iban 30 segundos.
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Los de Ariel Holan empataron rápido por intermedio de Fabricio Bustos y luego desnivelaron en la segunda mitad a través de una corrida de Ezequiel Barco.
Chacarita, que todavía no ganó en lo que va del certamen, lleva cuatro caídas en hilera y está en zona de descenso, había golpeado rápido por medio de una anotación de Juan Martín Imbert.
Con apenas 30 segundos en el reloj, Matías Rodríguez (de buen primer período) le metió un pase bárbaro a Imbert, quien aceleró y, mano a mano con Campaña, definió cruzado.
Parecía que la ventaja le otorgaría tranquilidad al conjunto de San Martín. Pero Independiente tejió una muy buena maniobra por el centro, con un Barco picante que habilitó a Bustos y el marcador de punta definió junto a un palo para establecer la igualdad.
La primera etapa se jugó con intensidad y rapidez, con Rodríguez como eje en Chacarita, mientras que el tándem Barco-Meza se erigió en el núcleo gravitante del ataque rojo.
Leandro Fernández tuvo su posibilidad a los 22’, pero el otro Fernández, Pedro, el arquero, impidió la conquista.
Lo desagradable de esos 45 minutos iniciales se dio con la grave lesión del lateral local Lautaro Montoya, con una rotura de ligamentos cruzados de su rodilla derecha.
En la segunda etapa, la película no cambió demasiado, aunque el golpe de escena se produjo a los 8 minutos, cuando la parcialidad local reclamó por un penal, por presunta mano de Tagliafico en el área, no sancionada por Echenique (de regular tarea).
El local se quedó protestando la acción, cometió una distracción y le permitió a Independiente salir rápido de contra. Meza tomó el balón en la zona central y alargó hacia la posición de Barco, quien avanzó unos metros y sacó un disparo que no pudo ser retenido por Fernández.
Con la ventaja, el rojo se echó atrás ligeramente y buscó salir rápido de contra. Así, Independiente encontró la profundidad que le había faltado en el primer tramo del encuentro, aunque no pudo liquidar el pleito.
Lo cierto es que los de Avellaneda reiteraron viejos vicios: desperdiciaron muchas de las oportunidades de gol que generaron. Fernández le ahogó el grito en dos ocasiones a Gigliotti y en otra a Albertengo, en las más claras situaciones.
A Chacarita, más golpeado en lo anímico que en lo futbolístico, se le hizo cada vez más complejo llegar al arco defendido por Campaña. Así, el equipo de Walter Coyette jugó al filo de la cornisa -tal su costumbre- en procura de una igualdad que nunca arribó.
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